Beat: la maquinaria del prog derrochando virtuosismo

 

 Hablar del legado de King Crimson puede ser una larga conversación sobre como cambiaron el prog, como le dieron la vuelta durante los 70' y 80' a lo que se venía haciendo, como mezclaron el tecnicismo con la psicodelia de manera magistral, los cambios de tempo, el uso de patrones repetitivos, la mezcla de métricas, las maneras y utensilios inusuales al tocar, y un largo etcétera, al cual le puso puntos suspensivos Robert Fripp, guitarrista histórico, alma, corazón y cerebro de la banda. Afortunadamente dos de los miembros más estables de la agrupación, Adrian Belew y Tony Levin, decidieron darle una nueva vida a la banda bajo el nombre de Beat, reviviendo trés icónicos álbumes de los 80' como son "Discipline" (1981), "Beat" (1982) y "Three of a Perfect Pair" (1984). Para llevar a cabo esta tarea reclutaron a Steve Vai  en guitarra y a Danny Carey (Tool) tras la batería, y se lanzaron a una gira mundial con la que llegaron al Movistar Arena de nuestro Chilito, y obviamente no podíamos faltar, así que gracias a FanLab por la invitación.

La fría noche capitalina se preparaba para recibir una jornada progresiva en el Movistar Arena, pero al llegar al lugar todo se sentía lento (y no me refiero a la edad de los asistentes porque la media rondaba las 4 décadas si es que no era más), si no que había un gran grupo viendo la transmisión en vivo de la radio Futuro, porque ustedes son muy jóvenes pero antiguamente, el único lugar para escuchar algún tema de King Crimson era la Futuro (porque si, yo era pobre y mi hermano era el único que se conseguía cassettes de vez en cuando para poder piratearlos). Fue producto de esto, que cuando Jorge Campos abrió los fuegos, había muy poco público al interior de la Arena.

El músico nacional se lanzó con una melodía araucana, con esas corcheas mapuches tan identitarias que nos llena de raíces y nos conecta con el Wallmapu, en un viaje introspectivo y profundo directo a la araucanía. Armado con su bajo llamado "Machi", compuesto por dos instrumentos, uno de 8 y otro de 4 cuerdas, uno trastes y otro fretless, Jorge Campos no necesita más que eso, un par de pedales y una base para para liberar una mística prog pero proveniente del interior de Temuco, haciendo que esos sonidos metálicos y eléctricos pareciesen oriundos de la zona.

Si bien al pensar en un telonero para este show se venían muchos nombres a la cabeza, creo que Jorge Campos fue dar en el clavo y una suerte de reconocimiento retroactivo a la trayectoria de este monumento viviente que se ha mantenido tocando desde los 70’ , labor más que meritoria en un país como el nuestro donde es más fácil ser candidato presidencial que vivir de la música, y doble mérito hacerlo tocando el bajo (que ni siquiera se escucha… yia yia iiiiinaaaaaa). Para cerrar su show se lanzó la intro de elephant talk diciendo "me prohibieron hacer esto, así que no lo voy a hacer" para dar paso a su último tema y cerrar su participación.

Siendo las 21 horas apareció Beat en lugar, quienes uno a uno fueron presentándose en el borde del escenario, bien terneados con trajes oversize con toda la onda ochentera (que en esa época se les decía solo trajes porque usar hombreras era obligación) para recibir los aplausos del público y luego tomar sus instrumentos y golpear con Neurotica para calentar el ambiente y pasar a cerrar el trato con Neal and Jack and Me, donde pudimos escuchar esos patrones repetitivos, esos tonos de guitarra y esos trémolos clásicos del sonido King Crimson.

La manera de tocar de Adrian es simplemente impresionante, con un aproach totalmente fuera de lo común, utilizando distintas técnicas, distintos pedales, logra hacer sonar la guitarra de una manera tan única que causa pavor estar tocando junto a él, por lo mismo el único en asumir esa titánica tarea era Steve Vai, quien por lo demás tiene que llenar los zapatos gigantes de Robert Fripp. Adrian realiza su primer cambio de guitarra mostrando su Stratocaster pintada y con cápsulas de colores, diciendo que la tenía guardada desde los 90' en un clóset, para comenzar a tocar Model Man.

Belew posee una voz tan potente y característica que no ha cambiado o envejecido ni un ápice, algo que nunca había visto en alguien de su edad, tanto así que siento como si nuevamente fueran los 90', estoy en San Bernardo y de fondo suena la futuro en la pieza de mi hermano, y sonaba King Crimson a lo lejos, ingresando en mi oído como un parásito al que no entendería ni pondría atención hasta unos años mas tarde, pero eso es una historia que retomaremos más adentrada la noche, pero no puedo evitar una pequeña lagrimilla por el rabillo del ojo.

El trabajo de Steve Vai es majestuoso, si bien se toma ciertas libertades con solos y demases, le rinde un gran tributo al maestro Robert Fripp guitarrista original y cerebro de King Crimson. A diferencia de Adrian, Vai tiene un acercamiento mucho más tradicional a la guitarra, despliega su virtuosismo desde la técnica, desde la prolijidad y la perfección casi absoluta al momento de poner los dedos en el mástil, dejando el corazón en cada lick, en cada riff y en cada solo.

De pronto la banda se lanza con Industry y Belew aprovecha la instancia para lanzar los sonidos más impensados de su guitarra, Tony Levin desde el sintentizador no encuentra nada mejor que ponerse a sacar fotos mientras toca, con la seguridad propia del que conoce más que de memoria su que hacer. La banda arranca con Lark's Tongues in Aspic (Part III), y con esa guitarra me hace recordar la parte II, probablemente la primera canción que escuché con compases irregulares y me rompió la cabeza, cuando no lograba entender, cuando el prog para mi tenía que ver más con virtuosismo y canciones largas que se convertían en un viaje, pero aquí descubrí que no tenía límites y que podían romper las murallas mentales, quizás demasiada profundidad para alguien que recién comenzaba la adolescencia. Al terminar este temón la banda se tomó 20 minutos de descanso, para seguir con la segunda parte del show, un cambio de aire que se sentía bastante bien tanto para el público como para ellos mismos.

Tras volver a la carga, la banda siguió cubriendo estos 3 álbumes esenciales del prog, hasta que sonó Frame by Frame, la que se convierte en una verdadera odisea técnica cuando se comienzan a superponer ambos riffs de guitarra en tiempos distintos hasta que logran calzar uno sobre otro transformándose simplemente en cine, tras lo que el Movistar Arena se viene abajo tras un aplauso de sold out y Adrián dice "párense, es un buen ejercicio" lo que redobla los esfuerzos del público por dejar caer vítores de pie, a lo que Belew responde con agradecimientos y diciendo que este es el lugar con más gente en el que han tocado con esta nueva formación. 

Luego de tocar el clásico Three of a Perfect Pair con taladro incluido, la banda se lanzó con Indiscipline momento en el cual se dio el espacio para un monstruoso solo de batería. El mito, la leyenda, la máquina, la bestia Danny Carey le entrega a la banda una brutalidad, un toque, un pulso violento como una tormenta pero una caricia gentil cuando es necesaria. Con ritmos sacados de un cuaderno de aritmética, Danny me recuerda los mejores momentos de Bruford, mi baterista favorito de King Crimson, sin desmerecer a ningún otro que haya tenido la difícil misión de sentarse tras los tarros del rey carmesí.

Nuevamente un Movistar de pie le entrega todo el reconocimiento a una banda increíble, rindiendo tributo a los dos representantes originales y dando las gracias a los dos intérpretes nuevos, por traernos esta genialidad de setlist. Adrian Belew da las gracias y nos avisa que tocarán un tema fuera de los tres discos ochenteros, algo que vino antes, para conmemorar a los otros dos miembros de aquella época dorada, Robert Fripp y Bill Bruford, para abalanzarse sobre el público con Red, el tema que la da el nombre a ese discazo, a esa obra maestra que nos regaló king crimson, sonando más dura e intensa que nunca (ojalá hicieran alguna gira conmemorativa tocando este álbum completo).

La banda cerró la noche con su canción más conocida probablemente, Thela Hun Ginjeet, desatando la locura de la gente con bailes y saltos incluidos. Un movistar repleto se pone de pie para despedir y agradecer esta locura de show, con un nivel artistas pocas veces visto, y junto con Tool se elevan a ser los imperdibles del año en lo que a prog se refiere, ya que esta banda, esta alineación, probablemente sea una estrella fugaz poco probable de volver a ver. En mi cabeza tenía tantas cosas para contarles, tanto por desarrollar que me quedé muy corto, y tuve que recortar mucho, pero con una banda de este calibre, cuesta mucho escatimar en adjetivos, halagos, historias y detalles, y aún así, muy pocos leerán hasta el final. Solo resta decir larga vida al rey carmesí y todas sus encarnaciones, porque en cada una vive un pequeño horrorcrux de aquella época dorada del cuarteto King Crimson.

Setlist

Neurotica
Neal and Jack and Me
Heartbeat
Sartori in Tangier
Model Man
Dig Me
Man With an Open Heart
Industry
Lark's Tongues in Aspic (Part III)
Waiting Man
The Sheltering Sky
Sleepless
Frame by Frame
Matte Kudasai
Elephant Talk
Three of a Perfect Pair
Indiscipline
Red
Thela Hun Ginjeet


Escrito por Ramiro Jorquera

Fotografías por Miguel Fuentes

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