OZZY OSBOURNE: Top 10 discos solistas de su carrera.



A lo largo de más de cuatro décadas, Ozzy Osbourne construyó una carrera solista tan influyente como su legado con Black Sabbath. Desde su resurrección musical en los años 80 hasta su emotivo renacer en pleno siglo XXI, el “Príncipe de las Tinieblas” ha demostrado una y otra vez que el heavy metal tiene un corazón que late al ritmo de su voz inconfundible.

Aquí repasamos sus 10 mejores discos como solista, aquellos que definieron generaciones, rompieron esquemas y consolidaron su figura como uno de los íconos eternos del rock y el metal.


10. Down to Earth (2001).



La introspección de un ícono.

Down to Earth es un disco a menudo subestimado que revela a un Ozzy más maduro e introspectivo, explorando sonidos más suaves sin perder su esencia. Canciones como “Gets Me Through” reflejan su lucha personal, mientras que “Dreamer” es una balada melancólica que ha ganado reconocimiento con el tiempo. Este álbum muestra la evolución emocional y artística de Ozzy en el nuevo milenio, ofreciendo una faceta más humana y honesta del ícono del rock.

9. Ordinary Man (2020)



El álbum más personal de su carrera.

Ordinary Man es uno de los discos más íntimos y emotivos de Ozzy, nacido en un momento de vulnerabilidad marcado por la enfermedad y la reflexión sobre la muerte. Con colaboraciones de Elton John, Slash, Duff McKagan y Post Malone, equilibra baladas sinceras y rock directo. Temas como “Ordinary Man” y “Under the Graveyard” muestran al Ozzy más humano, enfrentando sus demonios con honestidad y emoción. Un conmovedor retrato del hombre detrás del mito.


8. Scream (2010)



Gus G llega con fuerza, pero el caos persiste.

Representa una etapa de renovación en la carrera de Ozzy, tras la salida de su histórico guitarrista Zakk Wylde. Con la llegada de Gus G, el álbum apuesta por un sonido más moderno y directo, acompañado de una producción pulida pensada para una nueva generación de oyentes. Aunque no figura entre sus trabajos más aclamados por la crítica o el público, ofrece momentos de energía pura y contundencia. Canciones como “Let Me Hear You Scream” y “Diggin’ Me Down” confirman que Ozzy, incluso después de décadas de carrera, sigue dispuesto a experimentar, adaptarse y dejar su marca. Scream es una prueba de su esfuerzo por mantenerse vigente sin renunciar a su esencia.

7. Patient Number 9 (2022)



Ozzy envejece con gloria (y guitarras legendarias).

Patient Number 9 es una obra sorprendente y poderosa que reafirma la resiliencia de Ozzy Osbourne como figura clave del metal. A pesar de sus delicados problemas de salud, el álbum lo muestra con una voz firme y una energía intacta, rodeado de invitados legendarios como Tony Iommi, Jeff Beck, Eric Clapton y Zakk Wylde. La canción homónima y “Degradation Rules” reviven el espíritu de Black Sabbath, mientras otros temas como “Nothing Feels Right” cargan un fuerte peso emocional. Con una producción moderna y un espíritu clásico, este disco no solo es una declaración artística, sino también un testamento de la vigencia y pasión de Ozzy en la cuarta década de su carrera solista.

6. Ozzmosis (1995)



Oscuridad introspectiva para los '90.

Ozzmosis marca una etapa más introspectiva y sombría en la carrera de Ozzy, lanzado en un momento en que el rock vivía una profunda transformación. Con una producción densa y moderna, el disco refleja una mirada más emocional del artista, enfrentando sus propias batallas internas y el paso del tiempo. La participación de Geezer Butler en el bajo y Zakk Wylde en la guitarra aporta peso y solidez a un sonido que combina riffs pesados con atmósferas melancólicas. “Perry Mason” destaca por su teatralidad y fuerza, mientras que canciones como “See You on the Other Side” y “Tomorrow” muestran a un Ozzy más sensible, consciente de su legado y humanidad. Aunque menos inmediato que sus discos más clásicos, Ozzmosis es clave para comprender su evolución artística en los años 90.



5. The Ultimate Sin (1986)



Metal brillante con un pie en el glam.

The Ultimate Sin representa la etapa más glam y accesible de la carrera de Ozzy Osbourne durante los años 80. Con una producción brillante y pulida, el disco refleja claramente el sonido dominante de la época, sin dejar de lado la fuerza y la oscuridad que caracterizan su estilo. Jake E. Lee aporta riffs afilados y solos virtuosos que dan vida a canciones como “Shot in the Dark”, uno de los grandes éxitos radiales de Ozzy. Temas como “Killer of Giants” y “Thank God for the Bomb” muestran un interés por temáticas sociales y existenciales, poco frecuentes en el género por entonces. Aunque el propio Ozzy lo ha minimizado con los años, el álbum tiene un encanto particular que lo vuelve un clásico de culto. Es una obra que equilibra comercialidad con actitud y representa fielmente el espíritu ochentero del metal.



4. Bark at the Moon (1983)



Sobrevivir a la sombra de Randy Rhoads.

Bark at the Moon marcó un punto crucial en la carrera de Ozzy Osbourne: fue su primer disco tras la trágica muerte de Randy Rhoads, y el primero en contar con el guitarrista Jake E. Lee. Con este álbum, Ozzy demostró que podía seguir adelante pese a las adversidades, entregando un trabajo cargado de energía, melodía y teatralidad. La canción homónima se convirtió rápidamente en un clásico gracias a su riff electrizante y a la voz frenética de Ozzy, que transmite urgencia y dramatismo. El disco mezcla metal directo con elementos más atmosféricos, como en “You’re No Different” y “Centre of Eternity”, logrando un balance entre la fuerza de sus raíces y la evolución sonora de los años 80. Aunque fue recibido con opiniones divididas en su momento, Bark at the Moon consolidó a Ozzy como una figura capaz de reinventarse y mantenerse en la cima del metal.


3. No More Tears (1991)



El renacer noventero de Ozzy.

No More Tears es, sin duda, uno de los discos más completos y aclamados de la carrera de Ozzy Osbourne. Lanzado en 1991, captura a la perfección el equilibrio entre el heavy metal clásico y una producción más pulida, adaptada al sonido de los 90. Con Zakk Wylde en un momento de gran inspiración y un Ozzy rejuvenecido, el álbum entrega una colección de canciones memorables, tanto por su fuerza como por su profundidad emocional. La épica “No More Tears” es una de sus composiciones más ambiciosas, con una estructura dinámica y un riff inolvidable, mientras que “Mama, I’m Coming Home” muestra su faceta más vulnerable, en una balada que se ha vuelto atemporal. Temas como “Mr. Tinkertrain” y “Road to Nowhere” refuerzan la narrativa introspectiva del disco. Este álbum no solo reafirma la relevancia de Ozzy en una nueva década, sino que también lo muestra como un artista que evoluciona sin perder su identidad.


2. Diary of a Madman (1981)



Más oscuro, más teatral, más ambicioso.

Diary of a Madman es considerado por muchos como la joya más oscura y ambiciosa de la carrera solista de Ozzy Osbourne. Lanzado en 1981, este álbum profundiza la conexión creativa entre Ozzy y el prodigioso guitarrista Randy Rhoads, cuya técnica neoclásica y sensibilidad melódica alcanzan aquí un nivel magistral. Desde la intensidad de “Over the Mountain” hasta la melancolía siniestra de “Tonight”, el disco equilibra la brutalidad del heavy metal con una riqueza armónica poco común en el género. La canción titular, “Diary of a Madman”, es una pieza épica que mezcla cuerdas orquestales con guitarras afiladas, revelando un Ozzy atrapado entre la locura, el dolor y la teatralidad. El álbum no solo consolida el estatus de Ozzy como solista, sino que también funciona como el testamento musical más completo de Rhoads, fallecido meses después. Es un disco inquietante, elegante y profundamente emocional, que sigue influyendo a generaciones de músicos.


Menciones Honorificas:



Black Rain (2007)


Aunque no alcanzó la misma trascendencia que otros álbumes clásicos de Ozzy, Black Rain representa una etapa sólida y consistente en su carrera. Con riffs potentes y una producción moderna, este disco muestra a un Ozzy que sigue explorando sonidos pesados y oscuros, manteniendo su esencia intacta. Canciones como “I Don’t Wanna Stop” reflejan su inquebrantable espíritu de lucha y ganas de seguir en pie dentro de la escena metalera.




 
Under Cover (2005) 



Este álbum de covers es una celebración de las raíces musicales de Ozzy, donde rinde tributo a las leyendas del rock y el blues que influyeron en su estilo. Under Cover permite a Ozzy mostrar su versatilidad vocal y pasión por la música más allá del metal, interpretando con respeto y energía clásicos de artistas como The Beatles, The Rolling Stones y Bob Dylan. Un álbum para los fans que desean conocer las influencias que moldearon al “Príncipe de las Tinieblas”.


Colaboración con Billy Morrison – “Crack Cocaine” (2024)




La colaboración de Ozzy con Billy Morrison en la canción “Crack Cocaine” representa un encuentro fresco y poderoso entre dos generaciones del rock. Este tema muestra la capacidad de Ozzy para reinventarse y seguir explorando nuevos sonidos y temáticas, manteniendo su relevancia en la música contemporánea. “Crack Cocaine” es una mezcla de energía cruda y letras intensas que consolidan la vigencia del cantante incluso en la década del 2020.




1. Blizzard of Ozz (1980)



La resurrección del Príncipe de las Tinieblas.

Blizzard of Ozz no es solo el debut solista de Ozzy Osbourne tras su polémica salida de Black Sabbath: es una declaración de independencia artística que redefine su carrera y lo catapulta como un ícono por derecho propio. Publicado en 1980, el disco fusiona oscuridad, melodía y virtuosismo gracias a la colaboración con el joven guitarrista Randy Rhoads, cuya sensibilidad clásica y energía renovada dieron una nueva dimensión al sonido de Ozzy.

Canciones como “Crazy Train” se convirtieron rápidamente en himnos inmortales, con un riff infeccioso y una letra que mezcla caos con esperanza. “Mr. Crowley”, por su parte, incorpora teclados barrocos y letras esotéricas, en un homenaje gótico al ocultismo que fascina a Ozzy. “Suicide Solution” y “Revelation (Mother Earth)” abordan temas más sombríos con una carga emocional brutal, mostrando a un Ozzy tanto vulnerable como desafiante.

Blizzard of Ozz es el disco que demostró que Ozzy no necesitaba a Sabbath para seguir siendo relevante; al contrario, aquí es donde forjó su verdadera identidad como “El Príncipe de las Tinieblas”. Un clásico imprescindible que combina crudeza, emoción y teatralidad como pocos discos en la historia del metal.

El mundo del rock se viste de negro. Ozzy Osbourne, el eterno Príncipe de las Tinieblas, ha fallecido, dejando tras de sí una estela de riffs inmortales, excesos legendarios y una carrera que desafió todas las probabilidades. Desde sus humildes comienzos en Birmingham hasta convertirse en uno de los íconos más reconocibles y queridos del heavy metal, Ozzy fue mucho más que un músico: fue una fuerza de la naturaleza.

Su partida marca el fin de una era. Pero su legado vive en cada acorde pesado, en cada adolescente que descubre Paranoid, en cada grito de "All aboard!" que retumba en los estadios. Ozzy se va físicamente, pero su sombra seguirá presente en cada rincón donde el metal se haga sentir.

Descansa en poder, Ozzy. El infierno hoy está de fiesta, pero aquí en la Tierra ya se siente el silencio.


1/Post a Comment/Comments

Publicar un comentario