En la historia del rock hay elementos icónicos: la lengua de los Rolling Stones, el maquillaje de Kiss, los lentes redondos de John Lennon y, por supuesto, el gorro rojo de Fred Durst, líder de Limp Bizkit. Un accesorio tan simple como una visera plana terminó convirtiéndose en el símbolo máximo del nu metal, un género donde la estética era tan importante como los riffs. Y así, sin querer queriendo, Durst creó una tendencia global que se instaló en el mainstream, atravesó MTV como un meteorito y dejó a miles de adolescentes pareciendo extras descartados de American Pie.
A fines de los 90, en plena época de MTV, Limp Bizkit lanza "Significant Other" (1999), con la ilustración de un personaje con una gorro rojo de los NY Yankees, con el cual Fred Durst apareció en todos los lugares con la visera hacia atrás. Todo se cerró con el video de Nookie, en donde aparecía una docena de chicas usando el gorro rojo de béisbol, completamente cerrado atrás y con la visera hacia adelante. Era simple, reconocible y barato: una estética accesible para cualquier adolescente con ganas de parecer “alternativo”, "rapero" o "Aggro", sumado a unos pantalones gigantes y una cadena para tu billetera.
Limp Bizkit se catapultó al mainstream con "Significant Other" (1999) y luego reventó todo con "Chocolate Starfish and the Hot Dog Flavored Water" (2000). En ese período, sus videos rotaban casi cada hora en MTV, especialmente en programas como TRL, donde Durst aparecía constantemente con el gorro rojo puesto, como un loop eterno dosmilero. Lo anecdótico es que, según entrevistas de la época, algunos ejecutivos de MTV admitían que Durst “ya no podía aparecer sin el gorro”, porque era parte de su “marca visual”.
Así nació el efecto dominó, reproducido en pasillos de colegios, imitado en eventos de música, replicado en ferias libres, y convertido en meme prehistórico antes de que existiera la palabra “meme”. Para el año 2000, podías pasearte por cualquier mall del mundo y encontrar a un adolescente con gorro rojo, pantalones anchos, una polera gigante y una cadena colgando desde el bolsillo trasero.
La estética de Limp Bizkit tenía dos polos: Fred Durst y su look de “rapero suburbano enojado con el mundo”, y Wes Borland, un artista visual que apareció en escenarios y videos disfrazado de conejo gigante, demonio tribal, criatura futurista o ente sin ojos. Esa dualidad impactó fuertemente la estética del nu metal. Mientras Durst marcaba el “uniforme básico” que todos podían imitar, Borland mostraba el lado teatral y experimental del género. Eran el yin y yang del estilo: uno compraba en Fashions Park; el otro, en una tienda de anime del eurocentro atendida por salfate (solo para entendidos). Este contraste le dio a la banda una identidad visual tan reconocible como caótica. Y más importante aún: amplificó la cultura del nu metal como un espacio donde la estética importaba tanto como el sonido.
A comienzos de los 2000, Limp Bizkit no solo estaba en MTV, si no que estaba en todas partes. Cine y TV haciendo cameos como el de Fred Durst en Zoolander (2001). Música en múltiples bandas sonoras, incluyendo Mission: Impossible 2 con Take a Look Around. Su estética apareció en videojuegos, revistas juveniles, programas como Jackass, posters, mochilas, incluso en los primeros foros de Internet donde fans debatían que tan plana o curva debía ir la visera para “verse más bakan”. Las marcas deportivas reportaron incrementos de ventas en modelos similares al gorro de Durst durante 1999–2001 (datos recogidos en reportajes de época de Billboard y Spin). El gorro rojo se convirtió en un “statement”, una identificación, una pequeña bandera para reconocerse entre los amantes del nu metal, o aggro pa los chilenos, al igual que los pantalones gigantes, los piercings en las cejas y la cadena colgando del pantalón.
Con el declive del nu metal a mediados de los 2000, la estética asociada al género se volvió objeto de burla. Las redes sociales nacientes, blogs y canales de YouTube de la época se dedicaron a “exponer” fotos antiguas de fans vestidos con el combo completo, pantalones 4 tallas más grandes, si eran "cortos" (porque eran 3/4) mejor, polera gigante, cadena a la billetera, la gorrita roja coronando todo o un pelo hacia arriba con un montón de gel. Toda esta mezcla te daba la ilusión de que My Generation les hablaba directamente a ellos. Estas fotos, hoy viralizadas en cuentas como “Y2K cringe”, son la evidencia de que la estética de Limp Bizkit dejó huella. Una huella profunda. Una huella que vuelve cada vez que alguien dice: “Yo tuve una etapa nu metal pero no la voy a mostrar”.
Lo fascinante es que, aunque el nu metal perdió popularidad, la imagen del gorro rojo trascendió, sigue apareciendo en memes, sigue siendo referencia en TikTok para contenido Y2K, sigue siendo parte del imaginario de los 2000 en cine y TV, sigue inspirando estética en bandas nuevas que revisitan el género. Incluso el renacer de Limp Bizkit con "Still Sucks" (2021) volvió a poner el tema en la mesa: esta vez con Durst usando un look de “papá divorciado de Florida”, pero el gorro rojo nunca quedó fuera del legado, aún es parte de la nostalgia, y se puede ver presente entre el público de sus shows.
La era del nu metal y el gorrito rojo de los yankees fue más que una tendencia: fue el símbolo visual de un movimiento cultural que mezcló música pesada con rap, actitud adolescente, cultura pop y un nivel de cringe que hoy es patrimonio histórico. Fred Durst no inventó el gorro, pero lo transformó en bandera para toda una generación. Y como toda bandera, terminó ondeando en lugares donde nadie lo esperaba: desde MTV hasta tus fotos familiares del 2001 que hoy ruegas que jamás salgan a la luz.
Y recuerda que Fred Durst estará visitando nuestro país junto a Limp Bizkit, este 13 de diciembre en el parque estadio nacional, en el festival Loserville junto a Bullet for my Valentine, 311, Riff Raff, entre otros. Aún quedan muy poquitas entradas a la venta, a través de sistema Ticketmaster.