Esa fue solo una parte de lo que vivieron quienes asistieron el pasado jueves al Club Ámbar para presenciar el esperado debut de Russin y compañía en suelo chileno. Ante un recinto repleto, la banda estadounidense desplegó lo mejor de su discografía en un show breve pero intenso, dejando la sensación de que pudo haber sido más extenso, aunque, de cualquier manera, se sintió como un abrazo apretado para los corazones fieles al trabajo de Russin.
Y una jornada así requería un arranque poderoso. Con las destacadas presentaciones de Mano de Obra y Estoy Bien, el local de Barrio Bellavista fue testigo de una tarde vibrante, donde lo mejor del underground sirvió de antesala para el esperado show de Glitterer.
El primero en tomar el escenario fue Mano de Obra, una banda que a estas alturas no necesita presentación en el circuito underground. Con una trayectoria marcada por su presencia en diversos escenarios y el liderazgo en múltiples shows locales, enfrentaron el escenario como si se tratara de su propio espectáculo principal. Con una potencia avasalladora, temas como Estallar, Educación y su más reciente sencillo, Vienen por mí, golpearon con fuerza, ofreciendo una descarga de hardcore al más puro estilo Lockin Out. Con un sonido que rinde homenaje a sus influencias y una ejecución arrolladora, dejaron en claro que la jornada prometía ser inolvidable.
Estoy Bien, por su parte, añadió la dosis justa de emo punk a la ecuación. Tras un 2024 repleto de hitos, con presentaciones agotadas como cabeza de cartel y una gira por México, la banda local se subió al escenario para rendir tributo a una de sus influencias con lo mejor de su exitoso LP debut, Apoyo Emocional. Con voces desgarradoras, riffs potentes y una conexión genuina con el público (que bien se notaba por la cantidad de asistentes con camisetas de la banda) Estoy Bien aportó los ingredientes necesarios para caldear el ambiente, dejando todo listo a fuego lento para el plato principal.
Pasadas las 21:30 horas, y tras preparar ellos mismos sus instrumentos, Glitterer salió a escena. Más allá de una pequeña falla técnica en la salida de la guitarra —rápidamente solucionada gracias a Benje de Estoy Bien, quien prestó la fuente de poder necesaria—, el show transcurrió con una pulcritud difícil de opacar.
Con un sonido bastante homogéneo en sus canciones, el espectáculo de Russin y compañía se aleja de lo que suele esperarse de un show de post-hardcore, género con el que la crítica ha definido a Glitterer. Sin embargo, esto no impidió que el público aprovechara cada centímetro del espacio para entregarse a los rituales habituales: pogo, stagedive, crowdsurf y coros itinerantes se mantuvieron vivos durante la casi hora y media que duró la presentación de los norteamericanos.
En este sentido, del primer acorde, la conexión con el público fue inmediata. Aunque el sonido de Glitterer se caracteriza por su tono más melódico y uniforme, la audiencia fue devota al sumergirse de lleno en la experiencia, aprovechando al máximo el regreso a nuestro país de un rostro connotado de la escena como lo es Ned Russin. El pogo se encendió con temas como "Bodies" y "The Race", mientras que canciones como "No One There" y "Half Truth" dieron espacio para momentos más introspectivos, donde el público coreaba con intensidad, demostrando que los vínculos con Glitterer están tan afianzados como con cualquier otro resabio de lo que Russin haya hecho en el pasado.
El recinto vibraba con temas intensos como "Big Winner" y "Digging in the Trash" dastando una euforia particular, mientras que en "Try Harder Still" y "Needly" se pudo ver a la banda completamente compenetrada con el público, que respondía con saltos y gritos en cada estribillo.
Tras casi una hora y media de presentación, Glitterer cerró la noche con un encore inesperado de "Hello", un tema que no figuraba en el setlist oficial pero que terminó siendo el cierre perfecto para una jornada cargada de nostalgia y energía. Tras el último acorde, Ned Russin se tomó el tiempo para firmar merchandising y tomarse fotos con los asistentes, dejando una impresión imborrable. Más que anclarnos en la nostalgia, su visita nos recordó que, en lugar de extrañar lo que fue, debemos inspirarnos en lo que sigue y en todo lo que aún está por venir.Setlist
The Same Ordinary
Bodies
Destiny
No One There
The Race
I Made The Call
Half Truth
Plastic
Wander
Digging in the Trash
Big Winner
1001
Recollection
Didn't Want It
Little Backward Glance
Distraction
Try Harder Still
Can't Feel Anything
Needly
It's My Turn
The Mattress
Fire
Are You Sure?
Hello
Reseña por René Canales
Fotos por Mario Miranda (Mano de Obra y Estoy Bien) y Antonia Bisso (Glitterer)
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