Entre un mar de poleras negras, outfits dignos del pop actual y un clima que a ratos quemaba con el sol y helaba con el viento, Lollapaloza 2025 se preparaba para despedirse con una jornada extensa y que prometía cambiarnos a todos para siempre.
Candelabro
Chances
Turf
Arde Bogotá
Cancamusa
Lucybell
Con un setlist cargado de himnos, Lucybell sacó la cara por el rock nacional y llevó al escenario los temas que los convirtieron en referentes de los noventa, como Sálvame la vida y A perderse. Su presentación, potente y emotiva, no solo deleitó a los fanáticos de siempre, sino que también dejó una marca imborrable en quienes presenciaron uno de los últimos capítulos de su historia. Fue un show a la altura de su legado, un vuelo final que se sintió tan nostálgico como inolvidable.
Inhaler
Sonando intensos, pop y fácilmente pudiendo escalar al noise rock con su propuesta, los liderados por Elijah Hewson demostraron que tienen una fuerte fanaticada en el país, que no dudó en cantar clásicos como “Eddie In The Darkness”, “Dublin In Ectasy” y “My Honest Face”, para desatar la furia de Irlanda en un éxtasis en la capital como decía el letrero de una fan.
Tate McRae
Simpática, carismática y cercana, pero por sobre todo talentosísima al ocupar cada espacio del escenario con sus bailes y su voz. Fue un show imperdible que hizo bailar y cantar a todos con “Exes”, “Sports Car”, “You Broke Me First” y el cierre de lujo con “Greddy”. Hoy Chile presenció el comienzo del auge de una nuestra estrella en dicho estilo y que en unos años encabezará estos eventos.
Los Tres
Con una explanada repleta, los locales nos hicieron cantar y bailar con “Torre de Babel”, “Déjate Caer”, “Amor Violento” y “He Barrido el Sol”. No obstante, uno de los mejores momentos de su show fue el espacio que dedican a nuestro folclore con el homenaje que hacen a Roberto Parra y que puso a la cueca en el centro del festival, con varios espectadores bailando en la cancha.
Teddy Swims
Con una banda de lujo y apoyado de varios de sus coristas en duetos, Teddy Swims lució porque hoy en día en unos de los artistas más destacados a nivel internacional. Con una emotividad que sacó lágrimas a él y al público, sus canciones fueron altamente coreadas desde “The Door” y “Loose Control” a “Funeral” y “Bad Dreams”.
Teddy viene con un disco doble que no falla en nada y anoche lo dejó más que claro, demostrando que el producto final de sus dos LP’s es un show de muy alto calibre y que aún le queda mucho más por demostrar. Claramente el regreso es inminente, y si no pudiste estar, anota desde ya que acá había otro excelente show y que hizo a varios plantearse como culminaban su experiencia en el festival.
Sepultura
El repertorio fue un viaje por su legado, rescatando clásicos como Escape to the Void y Dead Embryonic Cells, que encendieron a los fanáticos más acérrimos, mientras que la única representación de su era más reciente, Kairos, sirvió como recordatorio de su vigencia. Sepultura no solo trajo su música, sino que instaló la liturgia propia del género: mosh pits, crowdsurfing y bengalas tiñeron la jornada de la energía salvaje que caracteriza a sus conciertos.
Todo esto llega como un broche de oro en el marco de su gira de despedida, una última oportunidad para ver a la banda más influyente del metal sudamericano en acción. En un festival donde la presencia del metal suele ser escasa, Sepultura dejó su marca con un show arrollador, confirmando que su adiós de los escenarios no será en silencio. No solo tocaron, sino que desataron un infierno en Lollapalooza, dejando claro que su legado se mantendrá vivo entre quienes estuvieron allí para presenciarlo.
Setlist
Refuse/Resist
Territory
Kairos
Attitude
Means to an End
Escape to the Void
Kaiowas
Dead Embryonic Cells
Agony of Defeat
Arise
Ratamahatta
Roots Bloody Roots
Tool
Desde el momento en que los músicos tomaron sus posiciones, la aplanadora sonora cayó sobre el público con precisión quirúrgica. Cada integrante realizó su chequeo instrumental con una meticulosidad absoluta, ajustando cada sonido para encajar como una pieza hecha a medida en los silencios del show, donde lo único vacío era el cielo, cada vez más infinito. Los acordes no pasaban simplemente, sino que fluían como un río a través de los miles de oídos en sintonía. La voz de Maynard James Keenan fluctuaba entre el mandato de un profeta y el lamento de un prisionero atrapado en el abismo. Adam Jones sostenía la guitarra con una distorsión tan densa como la niebla, pero con la profundidad de un agujero negro. Justin Chancellor manejaba el bajo con la precisión de la aguja de un reloj, mientras que Danny Carey golpeaba la batería con la velocidad de un relámpago, pero con la exactitud de una computadora. No había margen de error, solo una maquinaria humana en perfecto funcionamiento.
Sobre el setlist, poco se puede decir que no haya sido leído en otro lado: un verdadero lujo. No solo interpretaron los himnos esperados como Stinkfist y Schism, anticipados por los listados de otras fechas de la gira, sino que también entregaron sorpresas que nadie vio venir. La mayor de ellas: Parabol y Parabola, que después de diez años volvieron a sonar en vivo. El público, consciente de la magnitud del momento, respondió con una ovación indescriptible. Desde mi posición, pude ver correr tantas lágrimas en las mejillas como compases en la batería de Carey.
Por eso, los perdonamos, los agradecemos y los recordaremos. Lollapalooza 2025 quedará marcado como el hogar de aquel momento en que la realidad superó la ilusión.
Setlist
Jambi
Ions
Stinkfist
Fear Inoculum
Rosetta Stoned
Pneuma
The Grudge
Parabol
Parabola
Schism
Ænema
Vicarious
Reseña por René Canales y Felipe Pino
Fotos por Antonia Bisso y Lotus
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