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#DeCulto - Mezclilla y Cuero: el Heavy Metal según Saxon


   Al momento de referirnos al Heavy Metal de los '80, y en especial al movimiento surgido en Gran Bretaña, nombres como Judas Priest, Iron Maiden y Def Leppard son los primeros que al público masivo se le vienen a la mente. Y con mayor razón, si hablamos de las agrupaciones más exitosas -y populares- del género desde hace casi cuatro décadas. Sin embargo, y dentro de ese selecto grupo, es imposible pasar por alto un nombre al que el género le debe su esencia como pariente sanguíneo del Rock duro de los '70, con la rudeza propia del a carretera y la suciedad garage de las guitarras como parte de un sello inquebrantable hasta hoy.

  Hablar de Saxon es precisamente referirnos a los valores del Heavy Metal en su faceta más puñetera y 'cuma', muy al estilo de sus contemporáneos de Motörhead -con quienes giraron en los inicios- y, lo mas importante, manteniendo en alto la bandera del Hard Rock con que Deep Purple, Led Zeppelin, Thin Lizzy de Irlanda y los galeses Budgie lideraron la primera oleada de agrupaciones que se la jugó por endurecer las guitarras y subir el volumen de los amplificadores hasta más allá de lo permitido. Mientras sus colegas de Iron Maiden apostaban por una fórmula arraigada en lo épico y lo progresivo, y Def Leppard apuntaba al mercado americano como objetivo principal, la pandilla comandada por Biff Byford no tenía otras intenciones aparte de pararse de frente al mundo y derribar las puertas del éxito a puño limpio y patadas, al mismo tiempo que emulaba la estampa de Rob Halford montado en la Harley Davidson, con una autenticidad igual o más intimidante.

  La trilogía compuesta por "Wheels Of Steel" y "Strong Arm Of The Law" -ambos editados en 1980 -y "Denim & Leather" (1982), es prácticamente una obligación para el metalhead más recalcitrante, un recordatorio respecto al Heavy Metal como derivado del Hard Rock químicamente puro. Serían esos tres discos, sumando el en vivo "The Eagle Has Landed" (1982) -obligatorio,a  la altura de "Unleashed In The East", "Live After Death", "No Sleep 'til Hammersmith" y otros documentos de similar calibre- que los sajones se consagrarían de inmediato como referentes para toda una generación. Y bien de aquello lo sabían James Hetfield y Lars Ulrich, dos adolescentes que en 1981 se juntaron a formar una banda inspirada en esos sonidos que escaseaban en Los Angeles, al otro lado del Atlántico. "Power a& The Glory" (1983), el primero con el actual baterista Nigel Glocker -quién reemplazó a Pete Gill, futura contratación en Motörhead-, marcaba la cumbre creativa y, a la vez, un paso hacia terrenos más épicos, sin perder un ápice del puñete característico de su sonido.


   Lo que sigue después de la etapa 1979-1983 da para gustos y discusiones de todo tipo. La urgencia por conquistar EE.UU. terminó jugando en contra: mientras Iron Maiden daba el paso correcto en el momento indicado, Saxon se quedaba atrás, editando trabajos discográficos cuya calidad desentonaba con el Metal auténtico con que los sajones imponían sus términos. Biff Byford lo reconocería más tarde con una lacónica frase: "no podemos venderle Coca-Cola a los americanos", afirmación con que el cantante se refirió a las exigencias por parte del sello respecto a despuntar en dicho país, incluso a riesgo de sacrificar su propia identidad artística. Como sucedió a fines de los '80 cuando el single "Ride Like The Wind" -original de Christopher Cross- llegó al Nro 1 de los rankings americanos y el sonido de la banda mutó a una producción más propia de un disco de Bon Jovi que de la personalidad pendenciera de su etapa más entrañable.

   A pesar de la caída en desgracia y la inestabilidad de sus formaciones -conflicto judicial con ex integrantes, incluido-, Saxon pudo reponerse a partir de los '90, aunque sin la misma repercusión de la década anterior. Con el brutalísimo "Lionheart" (2004), los ingleses se reposicionaron el la primera división del Heavy Metal mundial y una seguidilla de trabajos en estudio -secundados por material en vivo de primer corte y frecuentes participaciones en festivales como Wacken-, bastó para poner a los ingleses en la brecha, nuevamente.

  Si bien de la alineación clásica permanecen solo dos integrantes, es menester recordar los nombres que marcaron un hito en el amanecer del género como estilo musical y filosofía de vida durante su etapa más recordada:

-Paul "Biff" Byford: cantante, líder y fundador. Bajista en sus inicios, se enfocaría en la voz de lleno a fines de los '70 al frente de la banda con que marcaría su nombre a fuego. Su sello vocal varía entre el Rock n' Roll más carnaza y terrenos doctos como la ópera. Para la edición del debut homónimo (1979), contaba con 28 años de edad, lo que habla mucho de un personaje que se la jugó contra todo pronóstico por preservar los valores del Rock en su faceta más pesada y dura. Que su autobiografía lleve el nombre "Never Surrender" -como el track 2 del supremo "Denim & Leather"- da cuenta de porqué Saxon sigue grabando y girando luego de cuatro décadas sin interrupción.


-Paul Quinn: el eterno compañero de Biff Byford en la carretera. Guitarrista dotado de un feeling muy en la vena de próceres como Ritchie Blackmore y Rory Gallagher. Reconocible en los '80 por su particular gorro jockey y su personalidad desenfadada. Sigue en la banda y su presencia como responsable del sonido de ésta es ley.


-Graham Oliver: Junto a Paul Quinn, conformó una de las duplas guitarreras más demoledoras e influyentes del Heavy Metal. La metralla guitarrera con que Saxon atacaba y arrasaba en los '80 fue posible gracias a la química existente entre ellos. Desgraciadamente, su partida de la banda a mediados de los '90 no se dio en buenos términos: un conflicto judicial por el nombre de la banda y el posterior fallo a favor de su ex-compañero Biff Byford obligaron a modificar el nombre de su versión a Oliver/Dawson Saxon.


-Steve Dawson: bajista dotado de una solidez impresionante. Mientras Quinn y Oliver atacaban con sus riffs de alto octanaje, Dawson cuidaba la retaguardia, aunque sin descuidar su presencia. Su estampa callejera es una postal de lo que era Saxon en los '80, un culto hacia el Rock n' Roll como forma de vida intransable. Al igual que el mencionado Graham Oliver, estuvo involucrado en la versión que, por un fallo legal a favor de Biff Byford, debió modificar su nombre.


-Pete Gill: El baterista original, el responsable de los tarros en los primeros cuatro discos y dueño de una pegada bestial. Una lesión en su mano obligó, lamentablemente, a su retiro de la banda, poco después del lanzamiento del formidable "Denim & Leather". Un par de años después, tomaría el puesto de Philty en Motörhead, anotándose en los temas nuevos del compilado "No Remorse" (1984) y el salvaje "Orgasmatron" (1986), culminando en una salida no exenta de controversia. Se retiró de la música en 1997 y se desempeña como consultor y gerente de eventos especiales para organizaciones benéficas.


-Nigel Glockler: Su llegada se dio por la urgencia que implicó la lesión de Pete Gill, ad portas de empezar la gira promocional de "Denim & Leather", y su desempeño en vivo quedó plasmado en el registro "The Eagle Has Landed" (1982), debutando en el estudio con el supremo "Power & The Glory" al año siguiente. Un poco más pulido a nivel técnico que su antecesor y más versátil en su forma de tocar, como queda de manifiesto en todos los trabajos en los que ha participado, al punto de que ni sus dos alejamientos de la banda, ni la aneurisma que sorteó en 2014 han mermado su aporte.


  Podríamos ahondar en sus trabajos más recientes, todos de alta factura y enfocados en un Metal de corte más épico y marcial, así como en las razones por las estos señores nunca obtuvieron el mismo sitial de honor que sus contemporáneos de Iron Maiden o sus discípulos más aventajados Metallica, pero no vale la pena referirnos a aquello. Los trabajos editados en sus inicios hasta mediados de los '80 son un deber en toda colección de Heavy Metal que se precie como tal y eso importa más que cualquier pregunta o análisis rebuscado. Y quienes vestimos a diario de cuero y mezclilla -o fuera de las ocupaciones laborales-, y con los parlantes/audífonos a todo volúmen, sabemos de qué se trata el asunto.


Saxon se presenta nuevamente en nuestro país este viernes 8 de Marzo, en el Club Blondie de la capital. ¡Puedes adquirir tus tickets acá!

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