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#LiveReview: Porcupine Tree “Lo dieron todo y gracias por eso”

Cualquier reseña que leas de este show quedara cortísima, ya que las palabras solas no dimensionan lo que fue la ráfaga potente de energía que hubo en el Movistar Arena, el cual desde un principio estuvo lleno de expectantes seguidores quienes no solo eran chilenos de Santiago y otras ciudades, también el reducto alojó a fans de Brasil, Argentina, Perú, Bolivia y otros lugares quienes haciendo un tremendo esfuerzo entre horas de viaje y poco sueño pudieron llegar a nuestro país a presenciar este increíble show. Para todos ellos y ellas que con esfuerzo y amor por Porcupine Tree llegaron a este evento, un saludo enorme y gracias por cada canción cantada, para Uds. esta reseña.

Desde temprano los fans se agolparon a las afueras del Movistar Arena, incluso algunos que llegaron desde regiones comenzaron a hacer la fila desde las 8 de la mañana y en general todo fue dentro de un ambiente de tranquilidad y respeto.  Una vez adentro, se podía sentir la expectación del momento 

El show de Porcupine Tree comenzó puntual, con un escopetazo en el pecho con “Blackest Eyes”, prendiendo a un publico ansioso que desató la euforia ante tremendos acordes. Luego la banda da el puntapié inicial para presentar en vivo el trabajo de Closure/Continuation con temas como “Harridan” donde Gavin Harrison de verdad se lució en su batería y que además tuvo un final portentoso, “Of The New Day”  que indujo a un viaje sonoro donde vemos la característica mas valiosa de Porcupine Tree: la bella capacidad de hacerse cargo de la melodía de aquellos sentimientos desesperados que nadie desea, que todos obviamos y tenemos, idea que también se prolongó en la hermosa “Dignity” la cual contó con una hermosa transición desde el tema anterior; “Drown with Me”.  Cabe destacar que esta canción, “Dignity”, fue un bello momento de intimidad y complicidad con el público, un tema que tenía notas frescas y brillantes ofrecidas por Richard Barbieri, fácilmente podrías deslizarte en el fresco pasto del verano, mientras la realidad de la miseria te golpea en la córnea.  Nuevamente, Porcupine Tree haciéndose cargo de aquello que, como diría José Donoso en algún libro, tapamos “con un tupido velo de terciopelo”.  Destacable también fue “Even Less” con esa entrada que era digna de tema de estadio y ese final tan simple pero tenso del conteo “0096-2251-2110-8105-0096-2251-2110-8105-0096-2251-2110-8105” que impacientó a la gente.

En “The Sound of Muzak” Steven hizo una introducción contándonos que lo creó hace 21 años y que ya en ese entonces había anticipado el futuro de la música actual. Un tema lleno de cariño donde no solo se ve la cohesión de la banda sino como esta se funde con sus seguidores; uno de los temas destacables de esta primera parte junto a “Last Chance to evacuate planet Earth before it is recycled” , la cual en una melancólica guitarra de notas claras te induce en el viaje sonoro hacia el discurso del líder del culto religioso Heaven's Gate, tomado del video que hicieron antes de quitarse la vida, como un medio para explicarle al resto del mundo por qué lo habían hecho.  Con “Chimera´s Wreck” cierran la primera parte la cual en resumen nos deja muy claro que un show no es solo la sincronización de los músicos, sino que la cohesión de todos los elementos hacia la puesta en escena, a ratos muy teatral, en cuanto a la iluminación y visual entendiendo a la música como el actor.

Tras 20 minutos de receso, parten la segunda parte con “Fear of a Blank Planet”, la cual prendió los fuegos rápidamente con una alusión muy moderna a “Children of the Corn” en sus visuales y una batería impecable de Gavin Harrison.  Este fue un set muy intimo en cuanto a lo desnuda que queda la guitarra de Steven Wilson con su voz y la atmosferización de los teclados de Barbieri lo que se presentó en temas como “Buying new Soul”, “Sentimental” y “I Drive the Hearse”.  Todo lo contrario que pasó con “Herd Culling” y luego con “Anesthetize” las cuales fueron la parte “heavy metal” que nos advirtió Steven Wilson; lejos un show que tiene de potencia y fuerza, pero que también conoce la delicadeza y fineza de los paisajes sonoros que Wilson, Barbieri y Harrison nos acostumbran.   Mención honrosa para los músicos Randy McStine (guitarra) y Nate Navarro (bajista) quienes lograron al 100% fundirse en el cuadro pictórico que Porcupine Tree nos ofreció

“I Drive the Hearse” y “Sleep Together” se encargaron en cerrar esta segunda parte del show, bajando un poco las emociones pero no la intensidad, es aquí donde la decisión de la banda del no uso de celulares es revocada irónicamente por el publico quienes iluminaron como un cielo estrellado en el cual las miradas de Nate y Randy se perdieron en alguna cometa que lo atravesó, mientras que el resto de la banda miraba desde la sabiduría y la experiencia la bella imagen, luces que sobrepasaron a la perfecta iluminación del escenario.  Un instante mágico y de grandeza.

El regreso se destacó por “Collapse the Light Into Earth”, “Halo” y una disculpa formal ofrecida por Steven Wilson por no haber visitado Chile antes ni tampoco poder tocar todos los temas favoritos del público, sin embargo nos ofrece el tema “Trains” que desató en catarsis a todos en el Movistar Arena y la cual tuvo momentos épicos como los aplausos de las personas al ritmo del tema y la aparición nuevamente de este “cielo estrellado” que el público regaló, casi sacándolos de las penumbras donde se encontraban.

En resumen: fueron 21 temas un show que claramente debe ser EL MEJOR DEL AÑO en cuanto a calidad interpretativa y calidad técnica.  Porcupine Tree es un bloque, una cohesión de 3 pilares que soporta estoicamente los años y que no teme al paso de distintas generaciones que van admirando su trabajo.  Steven Wilson, Richard Barbieri y Gavin Harrison dejan claro que quizás no quieren firmar tu disco ni tampoco una foto en la calle mientras conocen la ciudad, pero TE LO DAN TODO EN EL ESCENARIO Y LES DAMOS GRACIAS POR ESO, porque es lo que son y como los conocemos.  Tienen claro que no es solo tocar un setlist largo, sino que es la puesta en escena completa con diferentes soportes visuales (imágenes e iluminacion) que conforman un show completo de calidad impresionante y de un profesionalismo inigualable.   

Sábado por la mañana, un café bien cargado para conllevar la resaca emocional que dejó Porcupine Tree



Escrito por: Alejandra Pino 
Fotos por: Diego Pino

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