Traumatic Noise fue la banda encargada de dar puntapié inicial a la brutal jornada en la Blondie. Los rancagüinos demolieron el escenario pese al escaso marco de público que había a eso de las 19:00 horas en el recinto, dejando lo mejor de su repertorio con un brutal death metal puro y duro que se disfrutó de principio a fin por parte de los fanáticos que llegaron a presenciar a las bandas locales.
Con un show rápido y conciso vino el turno de Primitivo, banda que desató los primeros pits de la jornada ante un marco de público algo mayor al anterior. Con cortes como 'Caos Total' perteneciente a su homónimo primer larga duración, los bangers desataron la locura previo al plato de fondo, demostrando que las energías ya estaban a full desde el minuto uno.
Pasadas las 20:00 horas vino el turno de los grandes de Cerberus, banda nacional que está celebrando 30 años de carrera en un país donde todos sabemos lo complicado que es hacer música y, más aún, música del diaulo no apta para cualquier oído. Ay, sí. Fuera de joda, ser músico es complicado en Chile, así que felicidades a Cerberus por su exitosa carrera.
'Serpents of the Agony' y 'Brutalized' dieron el vamos a una demoledora previa a Nile donde la voz del legendario Juan Pablo Baquedano sonó realmente impecable. Tras agradecer a los fans por los 30 años de aguante, seguimos con 'Im Hell' y 'Decimation', este último perteneciente a "Agony of Damnation" (2015), último trabajo del cuarteto nacional.
'Immortal Hate' fue el corte escogido para dar cierre a la impecable presentación de Cerberus, dejando la grande como han sabido hacerlo durante su exitoso periplo por la escena metal chilena y también dejando los ánimos por las nubes, o más bien, por ese ventilador gigante de carnicería que pusieron en la Blondie. Quise decir arriba, para que se entienda más claro.
Pasó harto rato -y borrachos- más hasta que fue el turno de Nile. Por fortuna el recinto estaba lleno lleno. Nunca había visto un lleno tanto este año... ya. Igual fue factor el tema de la cancelación de Dying Fetus y con esa entrada podías ir a Nile o algo así, no sé si estoy curao yo ahora... Es que tanto show por la chucha. En fin.
Los norteamericanos partieron su show con 'Sacrifice unto Sebek' y 'Defiling the Gates of Ishtar'. Con su característica atmósfera egipcia, Karl Sanders y compañía causaron estragos de forma literal. Sí, porque llegó un weón curao casi muerto, una mina en las mismas condiciones, mientras otros volaban y volaban por sobre el público como si no hubiera un mañana.
Para qué hablar de los mosh, que a estas alturas son pan de cada día como diría mi abuela que por cierto, que en paz descanse. Continuamos... bueno, Nile continuó con 'Kafir' (no confundir con kefir, esa weá jipi de yogurth de pajaritos -que por cierto es rico-) perteneciente al álbum "Those Whom the Gods Detest" (2009) y 'Call to Destruction', como si los bangers estuviesen lo bastante tranquilos como para hacer esa llamada y dejar más la cagada aún con 'In the Name of Amun'.
Mención especial a un sujeto de chaqueta de cuero (qué descripción más precisa) que voló muchas veces durante el show y se comió varios combos por parte de la seguridad. En 'Sarcophagus' fue la primera vez que voló, mientras George Kollias rompía poco a poco la caja, porque sí, rompió la caja el muy bestia, y el bajista Jullian Guillen hacía poses muy raras pero tocaba el bajo y cantaba tremendamente bien.
Punto a favor para Nile fue que el show sonó increíblemente bacán. Por más raro que parezca, porque habitualmente la Blondie no suele tener buena acústica (de hecho no la tiene) pero a pesar de la brutalidad de la noche y que todas las bandas chilenas tuvieron más de un acople muy molesto, los egipcios, perdón, los gringos sonaron impecables. Y fuerte, super fuerte. Tanto como para que mi abuela me dijera "BAJA ESA WEÁ DE EQUIPO!!" pero como ya dije, que en paz descanse mi abuelita.
El sujeto de chaqueta y la mina curá volvieron a volar por encima de las cabezas con 'Long Shadows of Dread'. En realidad volaron todo el rato, mientras el mismo curao de hace un rato con su amigo colombiano gritaban ¡GEORGE KOLLIAS! como si ese fuese el nombre de un tema de Nile o al menos parte de la letra de una de sus canciones. De igual forma, qué bestia que es Kollias.
A veces escuchar los nombres de los temas de Nile es como escuchar un ritual, o también, alguna invocación de un monstruo de carta Yu-Gi-Oh. Al menos eso sentí con 'Invocation of the Gate of Aat-Ankh-es-en-Amenti'. Es que miren, lean: "Aat Ankh es en"... es como esa mina que hablaba idioma alienígena. Gran tema igual del "Black Seeds of Vengeance" (2000) tema con el que precisamente cerraron su presentación y donde la mayoría de los presentes coreó como loco ante la mirada de gratitud de los músicos.
El sonido estuvo impecable, ya lo dijimos. Las voces de Sanders, Guillen y Eames fueron algo que, personalmente, me sorprendió de ver en vivo. No siempre se ve a bandas complementar los guturales de forma tan perfecta. George Kollias sigue siendo un cañón y mientras tenga extremidades lo seguirá siendo, de seguro. Romper la caja quedará como medida estándar para los shows siguientes. Si no la rompen, no sirve. Gran show Nile. Redondo, directo, buen sonido, brutal. Todos los buenos calificativos que puede tener un espectáculo de este género, estuvieron a tope.
Escrito por: Bastián Gomez
Fotos por: Elizabeth González
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