Por años, Ghost fue un enigma. Un Papa Emeritus diferente en cada disco, rodeado de músicos enmascarados llamados Nameless Ghouls. Nadie sabía con certeza quién estaba debajo de esas túnicas. Y esa era la gracia: misterio, teatralidad, un culto satánico ficticio que se robaba el show en vivo.
Pero en 2017, todo se derrumbó. Cuatro exmiembros de Ghost demandaron al supuesto líder por quedarse con el dinero de las giras y los discos. Y ahí, en los tribunales suecos, el secreto salió a la luz: detrás de Papa Emeritus siempre había estado Tobias Forge, cantante y compositor principal.
El propio Tobias lo explicó después: “Sabía que tarde o temprano iban a descubrirlo. El anonimato fue útil por un tiempo, pero también me trajo muchos problemas”.
Lo curioso es que muchos pensaban que Ghost perdería su magia una vez revelada la identidad de Forge. Sin embargo, ocurrió lo contrario: la banda se volvió aún más grande. Con Tobias dando entrevistas y explicando su visión, el mito de Ghost no se apagó… al contrario, ganó una nueva dimensión.
Hoy todos saben quién es Papa Emeritus, pero eso no evita que la gente siga llenando estadios para ver cómo ese personaje cobra vida bajo las luces.
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