El próximo 28 de septiembre, Avenged Sevenfold aterrizará en Chile para tocar en el Movistar Arena. Las entradas se agotaron con semanas de anticipación, confirmando algo que ya sabíamos: la banda de Huntington Beach no es solo un nombre del pasado, sino un referente vivo del metal moderno.
La pregunta es inevitable: ¿qué hace que A7X siga llenando arenas después de más de dos décadas?
Desde sus primeros años, cuando irrumpieron con un sonido ligado al metalcore, hasta su consolidación con discos como City of Evil o Nightmare, Avenged Sevenfold demostró que no querían encasillarse. Esa capacidad de moverse entre estilos —del metalcore al heavy clásico, del hard rock al progresivo— les permitió sumar públicos distintos y mantenerse frescos en un género que muchas veces se resiste al cambio.
Pero la historia de A7X no se entiende solo en lo musical. La muerte de Jimmy “The Rev” Sullivan, en 2009, marcó a la banda y a sus fans. Lo fácil hubiera sido bajar el telón ahí mismo, pero eligieron seguir. Y lo hicieron transformando la tragedia en un motor que fortaleció la relación con su público, que se volvió aún más leal.
Hoy, con Life Is But a Dream..., Avenged Sevenfold volvió a dividir aguas. Algunos celebraron la audacia de mezclar jazz, electrónica y progresivo con metal; otros, en cambio, prefieren la contundencia de sus discos anteriores. Esa discusión, lejos de debilitarlos, demuestra que la banda sigue provocando conversación, algo que no todas las agrupaciones con más de veinte años de carrera logran.
Y si en algún lugar del mundo ese lazo se siente fuerte, es en Chile. Cada visita de A7X se vive como un acontecimiento, y este sold out en el Movistar Arena es la prueba de que la relación sigue intacta. Miles de fans esperan volver a escuchar himnos como Bat Country, Afterlife o Hail to the King, pero también descubrir cómo se traducen en vivo las nuevas experimentaciones de la banda.
En definitiva, Avenged Sevenfold sigue en la cima porque nunca dejó de arriesgarse y emocionar. Y en Santiago, este 28 de septiembre, quedará una vez más demostrado que su lugar en el metal moderno no se discute: se celebra.
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