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El tiempo vuela, 7 Seconds también

René Canales9 de agosto de 2025


Hace diez años, cuando la juventud tenía un estado tan puro que merecía con justicia su nombre, apareció en redes sociales un afiche que nos inundó de una felicidad maestra: fondo amarillo, letras negras, mínimo pero directo. 7 Seconds aterrizaba en Chile por primera vez.

Todas las personas con las que he hablado sobre ese día coinciden en que fue una jornada de ensueño: las bandas, el ambiente, la emoción…todo estaba en el punto perfecto. Incluso quienes han visto a la banda en otras circunstancias no titubean al elegir su show favorito: aquella tarde de septiembre en el Arena Recoleta fue única en su especie.

Muchos —quien escribe incluido— lo consideraron un hito histórico, algo que difícilmente se repetiría; una experiencia que se guardaba como un tesoro por lo que significaba aquel aparente debut y despedida.

Pero a comienzos de este año, lo que una década atrás parecía imposible tuvo segunda oportunidad: 7 Seconds de vuelta en Chile. Y aunque muchas cosas cambiaron —más allá del paso del tiempo—, otras se sintieron muy familiares.


La Sala Metrónomo, ya bautizada como Moshódromo, sería el hogar para una de las noches más rápidas del año. Afuera, hablando con asistentes, se percibía una dualidad: los primerizos, con la emoción que demandaba ver por primera vez a un clásico del hardcore en nuestro país; y los veteranos, que venían a repetirse el plato de la icónica fiesta de hace diez años. Estos últimos, aunque emocionados, lo hacían casi por compromiso, con cierto escepticismo: dudaban que fuera como la primera vez. Y quizás varios más llegaron así, con la pregunta de si lo nuevo superaría a lo viejo. Pero daba igual: era 7 Seconds, había que estar ahí.


Con puntualidad inmaculada, otro clásico abrió la noche: Fuerza de Voluntad, cumpliendo con creces el mito que los envuelve y prendiendo el ambiente para una de las bandas que los inspiró. Con un set corto pero intenso, sumergieron al Metrónomo en un repaso de clásicos que fueron banda sonora de la escena por años. Bien coreados y bien aprovechados, dieron en el clavo como antesala.


A las 21:00 exactas, la banda liderada por el icónico Kevin Seconds subió al escenario. Breve saludo, complicidad de viejos conocidos, y arrancaron con Here’s Your Warning, tema de apertura de su legendario The Crew.

El setlist, bastante similar al de la vez anterior, fue un regalo para todos: había para los clasiqueros, para los coleccionistas, para los menos populares… un repaso parejo que no dejó a nadie con cara larga.


En la presentación, todas las alabanzas van para Sammy Siegler. Siempre es un lujo recibir a una leyenda del hardcore como este baterista neoyorquino, que no decepciona jamás: precisión de orfebre, dedicación impecable y pulso firme que sostuvo al resto de la banda, que combinaba disfrute y experiencia en cada nota.


Kevin, aunque ya no tiene la misma soltura física, animó con entusiasmo. Eso sí, hubo un detalle criminal: las barricadas. Acostumbrados a verlas ausentes en este tipo de shows —y con varios seguidos sin ellas—, por algún motivo eligieron justo esta noche para instalarlas, marcando una distancia evidente entre público y banda. Igual, como siempre, la gente encontró formas de encaramarse al escenario y volar por los aires: fanáticos apasionados no faltan.


La banda siguió sin pausas ni ambages, tupido y parejo. Uno de los momentos altos fue el reconocimiento a Philippe Arama, vocalista de bandas locales como Remains to Be Seen -sí, como la canción de 7 Seconds-, Remission e Invierno, conocido fanático de 7 Seconds a quien Kevin destacó por “encontrárselo en diferentes partes del mundo”. Lo subió al escenario para cantar In Your Face, robándose el momento, como una suerte de embajador chileno ante la banda de Nevada.

Y ahí, entre saltos, coros y guitarras rápidas, apareció inevitablemente la reflexión: diez años no son poca cosa. El público ya no es el mismo, la ciudad no es la misma, la escena tampoco es la misma. Para algunos, el recuerdo de aquel primer show está grabado con la nitidez de una foto vieja que no pierde color; para otros, esta noche será su primera foto en ese álbum. Y es curioso: la música, cuando se encuentra con el tiempo, no se conserva como una pieza en un museo; se transforma, se mezcla con lo que cada uno ha vivido desde entonces. Quizás por eso, aunque esta vez no se repitió la exacta intensidad de 2015, hubo otra clase de emoción: la de encontrarnos más grandes, más conscientes, pero aún dispuestos a cantar y empujarnos como si tuviéramos veinte.



El resto fue música, literal y figuradamente. Kevin lanzó varios mensajes sobre unidad y comunidad en el hardcore, llamando a que la escena siga creciendo, antes de cerrar con un cláscico en el que, como dijo él mismo, todos hacen parte: The Crew.


La jornada dejó claro que, aunque muchas cosas cambian, siempre hay algo valioso en que otras se mantengan intactas. Como 7 Seconds: una banda que, más allá de la velocidad de sus canciones, sabe correr a la par del tiempo sin perder el corazón.


Setlist 7 Seconds

Here’s Your Warning
Definite Choice
New Wind
Regress No Way
We’re Gonna Fight
Not Just Boys Fun
This Is the Angry
Satyagraha
Tied Up in Rhythm
Sooner or Later
Remains to Be Seen
Somebody Help Me Scream
Still Believe
Walk Together, Rock Together
Change in My Head
Young ’Til I Die
In Your Face (con Philippe Arama, de Invierno)
Leave a Light On
99 Red Balloons (cover de Nena) 
You Lose
Trust
The Crew


Reseña por René Canales
Fotos por Antonia Bisso

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