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“De culto y descatalogado”: la historia detrás de Let There Be Blood, el disco fantasma de Exodus

Ramiro Jorquera14 de agosto de 2025


Cuando en 2008 Exodus anunció que regrabaría su debut "Bonded by Blood" (1985) con su formación moderna, más de un fan true agarró su chaleco de mezclilla y salió a gritarle a las nubes. ¿Cómo se atrevían a tocar un clásico sagrado? ¿Qué se creían? Colgare mis zapatillas blancas para siempre!

La respuesta de la banda fue simple: “¡Let there be blood!”. Y así nació uno de los discos más polémicos, intensos… y misteriosamente descatalogados del thrash moderno. Pero partamos por el principio y desmenucemos esta peligrosa jugada de Exodus.

"Let There Be Blood" (2008) no fue solo una movida nostálgica. Para Gary Holt, alma y cuchillo afilado de Exodus, la idea era rendir homenaje a "Bonded by Blood" (1985), pero dándole el sonido que “realmente merecía”. Porque claro, el original es brutal, sí, pero también suena a bajo presupuesto, cerveza tibia y micrófonos colgando con masking tape.



Con una producción moderna y más técnica, la nueva versión entregó una bomba sónicamente más nítida, más pesada y, para algunos, más violenta que la original. Por supuesto, esto generó peleas entre los fanáticos más acérrimos y los clásicos Trves,, quienes rasgaron vestiduras argullendo que esto era una afrenta a Paul Baloff, vocalista original de la banda y creador del término "poser".

Muchos esperaban que la regrabación incluyera tomas vocales de archivo de Baloff, o incluso a Steve “Zetro” Souza, como el vocalista "clásico" de Exodus. Pero el elegido fue Rob Dukes, quien en ese entonces llevaba ya tres años al mando de las voces de la banda y venía de grabar los brutales "Shovel Headed Kill Machine" (2005) y "The Atrocity Exhibition… Exhibit A" (2007).

¿El resultado? Una versión más feroz, con más definición y con una interpretación vocal que muchos consideraron digna y poderosa. Otros, claro, lo vieron como si alguien hubiera regrabado "Master of Puppets" (1986) con el baterista de Nickelback (aunque seamos justos, probablemente toca mejor que Lars). Internet hizo lo suyo y lo destrozaron llamándolo una falta de respeto para Baloff.



Aquí viene lo jugoso: el disco desapareció silenciosamente de tiendas físicas y digitales. Sin declaraciones rimbombantes ni escándalos de por medio, simplemente dejó de estar disponible. ¿Problemas de derechos con el sello? ¿Una maldición de Paul Baloff desde el más allá? ¿Una conspiración orquestada por Lars Ulrich? Nunca se ha dicho oficialmente. Pero su estatus como “álbum perdido” solo alimentó su leyenda. Hoy, algunos coleccionistas matarían por una copia física (y no me refiero al coleccionista de los bayblades), pero el que busca siempre encuentra (yo lo compré en versión japonesa).

Y ahora, a 40 años del lanzamiento de "Bonded by Blood" (1985), Exodus vuelve a nuestro país y lo hacen nada menos que con Rob Dukes, el mismo que desató controversia con esa reedición. Una jugada inesperada, pero que reabre el debate: ¿Merece "Let There Be Blood" (2008) una nueva oportunidad? ¿Es tiempo de reconocer que Dukes dejó una marca imborrable en la historia de la banda? ¿Cuándo aceptaremos que Dukes es el mejor vocalista de la historia de Exodus? ¿El tío R pagará las cotizaciones pendientes algún día? ¿Por qué desapareció la tía R del país?

Lo que es seguro: el show será una mezcla de nostalgia, violencia, velocidad, chaquetas de mezclilla, pantalones pitillos, zapatillas blancas y mucho mucho moshpit, así que será un imperdible y probablemente irrepetible. Así que asegura tu entrada para el 11 de octubre, en el teatro Cariola, a través de sistema Ticketplus. Let there be riffs. Let there be moshing. Let there be blood!.




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