En el vasto y dinámico universo del metalcore, donde muchas bandas emergen y desaparecen con la misma rapidez, Miss May I se ha consolidado como una presencia constante, apasionada y profundamente conectada con su base de seguidores. Formada en Troy, Ohio, en 2007, esta agrupación estadounidense no solo ha resistido los vaivenes de la industria musical, sino que ha evolucionado con inteligencia y fidelidad a sus raíces, ganándose un lugar destacado en la historia reciente del metalcore.
Lo que distingue a Miss May I desde sus inicios es la precocidad con la que dieron sus primeros pasos. Mientras aún cursaban la escuela secundaria, Levi Benton (voz), Justin Aufdemkampe (guitarra rítmica), BJ Stead (guitarra principal), Jerod Boyd (batería) y Ryan Neff (bajo y voces melódicas), firmaron en 2008 con Rise Records, sello clave en el desarrollo del metalcore moderno. Apenas un año después, en 2009, lanzaron su debut "Apologies Are for the Weak", un álbum crudo y explosivo que captó rápidamente la atención del público y la crítica especializada. Su irrupción no pasó desapercibida: el disco alcanzó el puesto #29 en el Top Heatseekers de Billboard y el #66 en los Top Álbumes Independientes, todo esto mientras los miembros aún asistían al colegio.
Este primer álbum definió la identidad sonora de Miss May I: un feroz equilibrio entre breakdowns agresivos, riffs melódicos, voces guturales y limpias, y una lírica introspectiva pero combativa. Temas como "Forgive and Forget" y "Apologies Are for the Weak" trascendieron el circuito underground y se colaron en productos culturales de amplio alcance, como la banda sonora de "Saw VI" y el videojuego "Saints Row: The Third", lo que amplificó su proyección internacional.
Uno de los rasgos más notables de Miss May I es la estabilidad de su formación, algo poco común en el género. Con excepción del bajista Ryan Neff —quien salió brevemente en 2007 y volvió en 2009—, la banda mantuvo el mismo lineup durante más de 15 años, hasta 2024, cuando se anunció la salida de los guitarristas Aufdemkampe y Stead. Esta continuidad fue clave para desarrollar una química creativa sólida y una identidad musical reconocible, incluso cuando el grupo fue experimentando con distintos matices sonoros.
Miss May I no es una banda que se haya estancado. Tras su debut, lanzaron en 2010 el álbum “Monument”, que marcó un salto en calidad de producción y composición. Trabajando nuevamente con el productor Joey Sturgis, la banda afiló su sonido y reforzó su presencia en los rankings, alcanzando el #10 en el Top Hard Rock Albums, el #15 en el Top Independent Albums y el #31 en el Top Rock Albums. Canciones como “Relentless Chaos” mostraron una madurez técnica sin sacrificar intensidad.
Con “At Heart” (2012) y “Rise of the Lion” (2014), la banda continuó desarrollando su propuesta, sumando elementos más melódicos, pasajes atmosféricos y letras que apelaban a la identidad, la lucha interna y la conexión con sus fans. De hecho, para “Rise of the Lion”, invitaron a un fan a tatuarse el icónico león de la banda como parte de la promoción, reforzando la idea de comunidad que han cultivado desde el inicio.
En ese cuarto álbum, trabajaron con el renombrado productor Terry Date (Pantera, Slipknot, Deftones), lo que marcó un punto de inflexión en términos de ambición artística. Benton lo explicó como una oportunidad para “hacer cosas locas” y desafiar tanto a la banda como a sus seguidores.
“Deathless” (2015) supuso una especie de regreso a casa: producido nuevamente por Joey Sturgis, representó una reafirmación de su identidad más cruda y directa. La banda tocó en múltiples ediciones del Warped Tour, manteniendo una conexión fuerte con las nuevas generaciones de fans. En adelante, Miss May I continuó produciendo álbumes sólidos como “Shadows Inside” (2017), y más recientemente “Curse of Existence” (2022), donde se aprecia una narrativa más introspectiva y madura, sin abandonar la energía visceral que los caracteriza.
Miss May I ha compartido escenario con nombres fundamentales del metal y el metalcore como Killswitch Engage, Bullet for My Valentine, Parkway Drive, Trivium, Whitechapel, Avenged Sevenfold, Korn y Cannibal Corpse, entre muchos otros. Su ética de trabajo ha sido implacable: giras constantes, presencia en festivales y un contacto estrecho con los fans.
A pesar de los múltiples cambios de tendencia en el metalcore —desde la explosión del djent hasta el revival del emo y la incorporación del trap en algunas bandas del género— Miss May I ha optado por una evolución paulatina, honesta y coherente, que les ha permitido mantenerse relevantes sin traicionar su esencia.
En cuanto a su visión espiritual, si bien la banda ha sido frecuentemente asociada a una identidad cristiana por sus letras positivas o introspectivas, el vocalista Levi Benton aclaró que Miss May I no es una banda cristiana per se, aunque algunos de sus miembros sí lo sean. Su objetivo es transmitir un mensaje de pasión, autenticidad y conexión, sin imponer creencias.
Con siete álbumes de estudio, giras globales y una base de fans leales, Miss May I ha logrado lo que pocas bandas de su generación: trascender las modas sin perder su identidad. Son, en muchos sentidos, un ejemplo de longevidad y profesionalismo dentro de una escena donde las bandas suelen tener vidas efímeras. A pesar de los recientes cambios en su alineación, todo indica que Miss May I seguirá escribiendo su historia con la misma intensidad con la que comenzó: desde las salas de secundaria en Ohio, hasta los escenarios más exigentes del metal mundial.
Recuerda que el próximo 01 de junio Miss May I regresa a Chile con un show imperdible en Club Blondie. Las entradas para esta jornada de culto del metalcore están a la venta a través de Eventrid.
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