Confío en Tus Amigos
Karla Grunewaldt
Resonancia Etérea
Nathy Peluso
Un show que recuerda mucho al último paso de Rosalía por el festival, con una performance cinematográfica, llena de actuación e interpretación de la cantante. Un lujazo de show que tuvo a todos pegados mirando mientras nos soprendía con “Business Woman”, “Mafiosa”, “SANA SANA” y su cover a “Vivir Así Es Morir De Amor”.
Babasónicos
Si bien no fue el show más impactante del día ni el más inolvidable en la historia de la banda, Babasónicos entregó una presentación seductora y bien ejecutada, pensada tanto para quienes crecieron con su música como para aquellos que, gracias a la era digital, se sumaron a su legado casi por ósmosis. En un festival marcado por la presencia de nuevas generaciones, su show se convirtió en uno de los encuentros intergeneracionales más interesantes de la jornada.
Parcels
Con un sonido impecable y una producción bien definida, Parcels se apoderó del escenario sin esfuerzo. Su propuesta, que equilibra el minimalismo en la puesta en escena con una distribución precisa entre sus integrantes, destacó tanto visual como sonoramente. Además, su característico look aportó un sello distintivo a la presentación. No fue solo un show más, sino un despliegue de nivel superior que reafirmó su ascenso dentro del festival. Subiendo tres escalones en el lineup respecto a su última visita, la banda de Nueva Gales se consolidó como uno de los nombres más fuertes del día sábado.
Foster the People
Como recompensa a esa lealtad, Foster the People ofreció un repertorio repleto de éxitos, generando una conexión especial tanto con sus seguidores más antiguos como con una nueva generación de oyentes que, gracias a la viralización en internet, descubrió canciones que marcaron el inicio de la década de 2010. Con Pumped Up Kicks como himno inevitable, su presentación fue un viaje nostálgico que confirmó por qué siguen siendo un referente del indie en festivales de gran envergadura.
Ca7riel y Paco Amoroso
Tiny Desk les quedó chico y ahora van en grandes escenarios demostrándolo. No tuvieron la misma parafernalia que en Argentina, pero no importó, porque fieles a sus estilos lograron motivar a todo el Smart Fit Stage, que cantó desde “Dumbai”, “La Que Puede, Puede” a sus más recientes “#Tetas” e “Impostor”. Es cosa de esperar su paso por Europa para ver cómo explotarán a nivel mundial, pero hoy demostraron que acá hay demasiado por mostrar.
Mon Laferte
Con un show tipo burlesque, sus bailarines y un sonido más rock (pero siempre con bronces de apoyo) Mon repasó clásicos, un show que era imposible no engancharse y que incluso se trajo a varios fanáticos que andabas en otros escenarios y corría a verla al Smart Fit Stage.
Las voces del público revotaban con el techo del escenario y provocaban las risas de la Viñamarina, quien hizo un set pensado en sus fanáticos y en ofrecer algo diferente a su última visita. Siempre nos faltarán temas con ella, pero al menos este setlist fue directo al corazón con himnos como “Tormento”, “Flaco”, “Si tu Me Quisieras” o “Tu Falta de Querer”.
Alanis Morissette
Lo anterior se vio potenciado por un repertorio de lujo, dominado por Jagged Little Pill, el icónico álbum que este año cumple tres décadas y que consolidó su lugar en la historia del rock. Para quienes crecieron en los años 90, fue un viaje nostálgico; para las nuevas generaciones, una oportunidad de descubrir la vigencia de su música. Clásicos como Ironic y You Oughta Know encendieron al público, mientras que los momentos más íntimos, con guitarra acústica y piano, permitieron disfrutar de su voz en un registro más contenido. Aunque el paso del tiempo ha dejado huella en su interpretación, Alanis ha sabido adaptarse, priorizando la expresividad sobre la potencia vocal.
El cierre del show fue una sucesión de himnos que mantuvieron la intensidad hasta el final. Con Uninvited y Thank U, la artista se despidió con una muestra de gratitud, dejando en claro que su legado sigue vigente. Su presentación en Lollapalooza Chile fue un viaje por una carrera marcada por la autenticidad y la resiliencia, consolidándose como uno de los actos más sólidos de la jornada y logrando un impacto transversal entre distintas generaciones.
A diferencia del primer día, esta jornada tuvo un público mucho más variado en edad, pero no necesariamente en estilos musicales, lo que es muy importante para comprender el cómo la música puede romper las barreras.
Colaboraciones entre diferentes generaciones, artistas jóvenes, artistas con años de trayectoria, clásicos y los virales del último año, no importaba el factor del tiempo, hoy la música logró unir a miles de fanáticos. Desde aquellos que llegaron de temprano a sorprenderse a los que se quedaron hasta el último y descubrieron a leyendas de la música. Este sábado fue un recuerdo de eso, de que los himnos musicales unen generaciones, pero que también cuando nos permitimos escuchar, sin importar edad o tiempo, pueden nacer nuevos himnos como los que se entonaron hoy en Lollapalooza.
Reseña por Felipe Pino y René Canales
Fotos por Antonia Bisso y Lotus Prod.
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