La forma de disfrutar conciertos o actos musicales siempre son distintos y depende no solo del público al que va dirigido, sino de la música que interpreta el artista. Así, un concierto de música docta o un ballet no es lo mismo que ir a un concierto thrasher donde predomina el go chimp y el mosh. Así las cosas, lo vivido anoche con Russian Circles se acerca un poco más al primero, pero no olvidando la densidad y presión sonora del estilo.
La jornada dominguera comenzó con los nacionales IIII quienes, como es ya habitual en su propuesta, presentaron su innovador sonido oscuro, denso y, en algunos pasajes, machacador, mezclando un sin fin de riffs que presionan el cuerpo y la mente, e incluso de manera literal por lo grave que sonaron y retumbaron en Blondie.
IIII se encargó de mostrarnos una breve pincelada de su propuesta rupturista, con pasajes doom, post e incluso hardcore, con sus canciones más recientes como “Élegos” y “Fauces”, pero también recordando sus años en la escuela de resonancias incordias con canciones como “Sceleratus” y “Judas”.
La recepción del público con IIII fue increíble, aplaudiendo, vitoreando, todo esto incluso ante de que repartiera merch desde el escenario, se notaba que el oyente de anoche es adicto a este tipo de ecos y murmullos incómodos, por lo que su elección fue totalmente ad hoc al día.
El ambiente ya se tornaba totalmente pesado y no porque estemos en un bunker anti bombardeos como es Blondie, sino por el sonido de que fuimos testigos. Pues, para todos quienes seguimos de cerca a Russian Circle sabemos lo que se viene, sabemos a lo que nos enfrentamos y qué podemos esperar de este acto musical, una completa prensa de presión a nuestra humanidad.
El trío sabe de lo que es generar un ambiente complejo, no solo por las canciones que interpretan y que vienen a presentar en su debut, sino por lo que buscan generar con su performance. Ya lo relatamos en una nota anterior, y ahora lo pudimos vivenciar en carne y hueso.
Con canciones como “Station”, “Conduit” y “Afrika” la banda muestra que no está para bromas y que intenta plasmar en vivo lo mismo que generan sus trabajos de estudio, una completa atmósfera inmersiva y atrapados en la más absoluta inesperanza.
Cuidaron cada detalle, desde conectar y probar sus instrumentos, hasta generar una continuidad entre cada pieza musical. No existía manera en que pudieras detectar el cambio entre “Quarted”, “Betrayal” o “Gnosis” sino que todo estaba conectado, todo unido por la distorsión, por sonidos envolventes y que te atrapaban en un manto repleto de sentimientos que Russian Circles sabe evocar a través de Riffs y Ritmos, sin necesidad de cantar ni hablar.
Tal vez depende mucho de el estado en que uno se encuentre al momento de escuchar este tipo de bandas, o simplemente puede ser parte de una exageración, pero lo cierto es que cuando uno se enfrenta a música instrumental no basta la virtuosidad o que hagan 1000 escalas y solos despampanantes sino logras transmitir algo o crear algo en otro ser humano, no basta crear música para músicos, sino que música para un humano, temas que cuando lo escuche alguien diga “oye, esto logró entristecerme, ¿será la finalidad?”
Lo cierto es que Russian Circles cubrió de un manto oscuro, denso y de una inmersiva desesperanza el Club Blondie, logrando crear y evocar, al igual que sus trabajos de estudio, sensaciones y sentimientos de la nada, sin que haya un hilo conductor o una finalidad absoluta detrás, todo queda y quedará al oyente, todo se crea de la nada, sin jerarquía, de manera rizomática, entre pliegues sonoros, puro y absoluto devenir que te atrapa y puede que no te suelte nunca más, generado un show atrapante, donde no sabes donde estás, no sabes que sucede, solo sabes el inicio y te preocupa el final, no es desesperanza, es inesperanza, donde nada existe, es ahí donde te llevan y de la que tendrás suerte de salir.
Setlist
Station
Harper Lewis
Conduit
Afrika
Quartered
Betrayal
Gnosis
Deficit
Youngblood
Mlàdek
Fotografías por Diego "Tío R" Pino
Review por Gonzalo Ruiz
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