En este contexto, muchas agrupaciones nacidas fuera de Florida decidieron reubicarse en la costa atlántica de Estados Unidos con un creciente interés de sumarse al fenómeno de la escena Death en el estado. Este fue el caso de Malevolent Creation, banda nacida en Buffalo, Nueva York, pero que luego de tan solo un año de carrera decidieron mudarse a Fort Lauderdale para sumarse a la escena emergente de la zona. Ahí lograron su primer contrato discográfico -de la mano del clásico sello Roadrunner Records- que les permitió lanzar un álbum de culto dentro del Death Metal de primer orden: The Ten Commandments (1991).
El disco fue un éxito dentro del underground, convirtiéndose en uno de los álbumes de cabecera de la escena, a la vez que encantó a una serie de bandas en expansión durante comienzos de los noventas. La producción es brutal e innovadora, logrando cohesionar elementos crudos del Death Metal underground, con bases de Thrash Metal poco habituales en varias de las bandas conocidas del momento. Algo similar a lo que podemos oír en agrupaciones como Massacre, pero con un giro mucho más violento y directo; el debut de Malevolent Creation era un golpe al mentón con un potente choque de energía que no se detiene durante casi 40 minutos en que se extiende la grabación.
Repasemos los puntos los puntos más fuertes de esta pieza. El disco comienza con "Memorial Arrangements" una introducción poderosa, que se asoma como una tormenta que sabe predicar perfectamente el caos y la oscuridad de la que gozaremos a lo largo de las siguientes nueve canciones. Las guitarras, lentas y pesadas, cambian prontamente a arreglos rápidos y distorsionados con "Premature Burial", uno de los himnos del álbum que engloba el sonido de Malevolent a partir de diferentes elementos: el doble bombo estruendoso de Mark Simpson, las cuerdas ácidas y demoledoras de Jeff Juszkiewicz -quien tendría su primera y última aparición con Malevolent Creation en el presente trabajo-, y la enigmática voz del fallecido Brett Hoffman, quien se desgarra la garganta en cada nota.
En lo personal el tercer y cuarto tema son de lo mejor que la banda tiene para ofrecer, tanto "Remnant of Withered Decay" como "Multiple Stab Wound" son una oda a la brutalidad. Con un corte cercano al groove técnico, pero sin dejar de lado el componente más pesado y desprolijo por el que brilla la agrupación, Malevolent Creation tira a la parrilla sus dos mejores creaciones para esta producción impecable. Con riffs sumergidos en la oscuridad, se deciden a pasar por encima de los oídos de una generación entera que no busca sólo una banda pesada, sino que quiere una aplanadora de alto nivel.
El disco es una joya sin objeciones, no por nada le ha merecido a Malevolent Creation el reconocimiento del que goza entre los seguidores del death metal desde sus orígenes. En este sentido, el sonido de The Ten Commitments es una muestra formidable de que las bandas de death son de todo menos monótonas; la versatilidad de Malevolent es entrañable, donde cada elemento de la producción es un diez de diez y pesa bastante. Composiciones sólidas, voces crudas pero comprensibles, y un arte viceral que, de la mano de Dan Seagrave, consigue darle el rostro perfecto a un debut increíble. En fin, un paso obligado para los fanáticos del metal extremo, ya que más de 30 años después el trabajo de estudio se mantiene completamente vigente.
Les recordamos que Malevolent Creation se presentará este 29 de marzo en Sala Metrónomo junto a nada más y nada menos que Morta Skuld, quienes tras largos años de espera, por fin harán su ansiado debut en nuestro país. Las entradas se encuentran a la venta a través de sistema Puntoticket, para que corran por la suya y no se queden fuera de esta comunión del metal extremo, que sin dudas dará de qué hablar.
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