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#LiveReview: Paul Di'anno en Chile: El pacto inquebrantable con un hijo de la ira

 



Cuando hablamos de la conexión entre una banda y su público, es inevitable referirse a la relación que existe entre Iron Maiden y la fanaticada chilena. Con diez presentaciones en vivo y una serie de anécdotas, que incluyen un debut frustrado por la Iglesia Católica en 1992, la doncella de hierro amasa una sólida historia con los fanáticos de nuestro país. Quienes devotamente, como si se tratara de un pacto inexorable, acuden en masa a entregar su apoyo a la banda británica cada vez que se asoman por nuestro territorio en todas sus formas posibles. 

Y si bien la bestia ya tiene programadas dos fechas en nuestra capital para fines de este año, el día de ayer los Irons santiaguinos tuvieron la oportunidad de comenzar el 2024 calentando motores, despidiendo a un integrante clave para la historia de la banda: su primer vocalista, Paul Di'anno. En el contexto de la que sería su última gira, Di'anno volvió a Chile esta semana para encontrarse con el público nacional en cuatro shows a lo largo del país, siendo el pasado 26 de enero el turno de los fanáticos capitalinos. 



La cita era a las 19:00 horas en Club Subterráneo, en plena comuna de Providencia. El local del barrio Orrego Luco se transformó en el epicentro de melenas, poleras negras y chaquetas de mezclilla de diferentes generaciones, las cuales de forma puntual, a pesar del calor, comenzaron a llenar el pasaje del recinto para recibir una vez más a la primera bestia.

En esta ocasión el espectáculo de apertura estuvo a cargo de los nacionales Enigma, quienes subieron al escenario cerca de las 20:00 horas. Con un amplio recorrido por sus más de 30 años de trayectoria, la banda chilena de heavy metal se apoderó de la tarima y prendió los ánimos del primer grupo de personas que se instaló en la pista del Club Subterráneo. Nueve canciones bastaron para que el conjunto local se ganara el respeto del público, que respondió con entusiasmo al espectáculo de sus compatriotas, entendiendo que para ellos la oportunidad de pararse en el mismo escenario que un titán como Paul Di'anno era una experiencia única e inigualable. Con la distinguida voz de Nelson Montenegro y los sólidos solos de guitarra de Álvaro Paci, Enigma se despidió de un recinto lleno, que desbordaba ansiedad por recibir al plato principal de la jornada.  



Pasadas las 21:00 horas, al ritmo de Livin ́ la vida loca de Ricky Martin en los parlantes, Paul Di'anno sube al escenario montado en su silla de ruedas, preparado para liderar un local sold out. Bastó que se abrieran las cortinas del escenario, acompañado de los primeros acordes de la instrumental "The Ides of March", para desatar la euforia del público capitalino. Con un “Hola Santiago”, el cantante inglés apretó el acelerador con "Wrathchild", uno de los clásicos del álbum Killers (1981), donde los Irons no perdieron un sólo segundo y se hicieron escuchar fuerte y claro. 

El espectáculo corría de maravilla, hasta que luego de un par de canciones se asomaron algunos problemas por parte del vocalista, los cuales pararon el espectáculo en varias ocasiones. Es de público conocimiento que Di'anno padece de importantes problemas de salud, específicamente en sus rodillas, los cuales lo tienen postrado en una silla de ruedas en todo momento. Estas molestias, sumadas a otras dificultades técnicas, calentaron su temperamento y dieron lugar a varios momentos tensos para el staff, quienes se movían de un lado a otro buscando soluciones para las solicitudes del cantante, que en ningún momento se mostró enteramente satisfecho con las diligencias. 



A pesar de todo esto, el show continuó sobre los hombros de un público que no dejó de animar la jornada. Se mostraron complacientes con Di'anno, quien no dejaba de agradecerles por su paciencia y energía. Ya fuera coreando o formando pequeños mosh pit en el centro de la pista al ritmo de los clásicos de su época en Iron Maiden, la fanaticada chilena, en un acto de devoción absoluta, demostró una vez más por qué es el público Iron más importante del planeta. 

El show continúo sin mayores inconvenientes al son de himnos como "The Phantom of the Opera", Transylvania, instrumental donde "Genghis Khan" -la banda nacional que Di'anno escogió como soporte para su espectáculo- pudo robarse el escenario por algunos minutos; o los temas ineludibles del disco debut de la doncella, que fueron -en mi opinión- los puntos más álgidos de la noche- "Running Free" y "Iron Maiden"

En todos ellos, Di'anno demostró que aún guarda parte de esa potencia característica de aquellos trabajos prematuros de la doncella de hierro, dejando en claro que cuando se trata de hacer lo que te hace feliz, no importa que sea en la salud o la enfermedad, la dedicación es lo que marca la diferencia. Y eso el público chileno lo tuvo claro de principio a fin, respondiendo acorde a las circunstancias con la misma entrega: en cada coro, en cada riff y en cada interacción dejándolo todo. Rindiéndole a la primera bestia, el homenaje que se merece en su despedida. Porque nuestro país es la casa de Iron Maiden, y en ese pacto inquebrantable recibimos a todos los miembros, y ex miembros, de su vasta familia.



SETLIST:

  1. The Ides of March
  2. Wrathchild
  3. Sanctuary
  4. Charlotte the Harlot
  5. Murders in the Rue Morgue
  6. Remember Tomorrow
  7. Genghis Khan
  8. Killers
  9. The Phantom of the Opera
  10. Purgatory
  11. Transylvania
  12. Prowler
  13. Running Free
  14. Iron Maiden



Fotografías por Diego "Tío R" Pino
Review por René Canale


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