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#Live Review: Carnifex (Krisiun + Diametral + Before Breathing) - Brutalidad Transversal


 

    No hay nada nuevo en decir que el Deathcore es, a día de hoy, uno de los géneros extremos más populares, no está demás decir que ha tenido una suerte de revival los últimos años, aunque no cayó en el olvido como ha pasado con otros subgéneros, en el amplio espectro, podríamos decir que a mediados de los 2010s tuvo una suerte de experimentación sonora yéndose por varias partes con mayor y menor éxito, sin embargo a comienzos de ésta década lo vimos renacer y ser más fuerte que nunca, con bandas sobrevivientes desde mediados de los 2000 tomando hoy el trono por asalto, como es el caso de Carnifex, quienes los amantes del género esperábamos con ansias, pero no nos adelantemos que el debut en nuestro país de los californianos tuvo prácticamente de todo.


    Con dos EPs a su haber y una vasta trayectoria en vivo, tanto en eventos locales como abriendo para shows grandes, Before Breathing llegó desordenar la Metrónomo desde el vamos, habiendo una batería al medio que sería usada por las bandas internacionales, y una a la orilla para las locales, el espacio arriba era más bien compacto, por lo que su vocalista tomó la decisión de cantar desde la cancha misma rodeándose de los primeros mosheros, quienes, entre circle pits y demostraciones de karate marca registrada del core abrieron el show en lo alto, musicalmente nos encontramos ante un Deathcore muy bien elaborado, debo decir que su bajista me impresionó en más de una ocasión, incluso con un breve solo de puente entre versos en “Broken Voices”. Su breve setlist fue complementado con canciones como “Dead Thoughts” y “Oceans of Hate” en donde el breakdown pesado nos dejó a todos cabeceando desde la cintura, tremenda forma de abrir un show.

 

 

    Con todos sus músicos con guayaberas, Diametral siguió moviendo chascas en la Metrónomo, aunque partieron con un breve traspié que fue solucionado rápidamente y contenido por su carismático frontman, quien no dudó en usar la ya mítica frase de Popín “que ahueonao se equivocó… peeeenca” y pasar a cantar brevemente la canción “Ésto es Muy Penca”, que hizo reír a la mayoría. Más allá éste lapsus y de su estética cumbiera, parte de su “Cumbia Nena Tour”, lo de Diametral fue brutal en todo sentido, desde las canciones hasta el significado de muchas de sus letras, es algo que hay que poner atención, incluso dedicando “Hell in Me” a la gente que sufre de ataques de pánico ya que “es tener un verdadero infierno dentro” (n. de .e yo mismo he sufrido de eso una sola vez en la vida y confirmo, es algo que no quiero volver a vivir). Aunque Diametral tenía a sus pies a más gente, las ganas de mosh fueron más bien esquivas (más no nulas), incluso su vocal preguntó en algún momento “¿dónde están los karatekas?” sin embargo juzgar un show por cuánta gente hay en el mosh, hace años que no me agrada, y con canciones como “Depredación” o “Identidad Forzada” caldeaban el ánimo de cualquiera.



    Debo confesar que la inclusión sorpresa de Krisiun al cartel me pareció extraña, y demostrando que aún me quedan alguna mañas de cuando era chico y trve me llegó incluso a parecer fuera de lugar, tener un cartel con un sonido tan modernos y meter una banda con un corte mucho más clásico se me hizo inicialmente raro, sin embargo lo de Krisiun me parece hoy algo aplaudible. Desde el comienzo con “Kings of Killing” que los brasileros supieron leer bien al público y ya con “Swords Into Flesh” me di cuenta que la inclusión fue una muy buena jugada por parte de la productora, ganándose la banda los primeros “olé olé olé” de la noche, a lo que Alex, en bajo y voz estaba muy agradecido y por la cara de sus hermanos, creo que ellos también. Entre clásicos y temas nuevos la banda fue tanteando el terreno subiendo la temperatura de un público ya bastante febril, pero es que canciones como “Necronomical” o “Serpent Messiah” no dejan a nadie indiferente. Hubo tiempos para tributos a grandes figuras de la escena con “Ace of Spades” de Motörhead, y es acá dónde te das cuenta de lo transversal que era esa banda entre el público mas metalero, más Punk e incluso Rockero, ya que todo el mundo coreó el clásico de los británicos y el nombre de Lemmy al final. “Apocalyptic Victory” cierra el set de los cariocas entre aplausos, vítores y coros con el nombre de la banda, estando ellos agradecidos del público y de esa hermandad latinoamericana, que, debo decir que en mi época más cínica, lo hubiera encontrado chovinista, pero anoche me pareció que venía desde un profundo respeto y cariño por el metal hecho en ésta parte del mundo. Krisiun fue simplemente fenomenal.

 

 

    Un tanto atrasados con el horario publicado, Carnifex se tomó su tiempo para subir a escena y bajo el escenario la energía era densa, casi palpable, pero apenas se sube Scott Lewis y compañía. Sin tocar una sola nota la banda tuvo un estruendoso recibimiento, entre aplausos, chiflidos, gritos y de todo un cuanto hay para demostrar cariño desde un público sediento de Deathcore abrasivo. “Dark Days” da el puntapié inicial, seguida inmediatamente de “Pray For Peace” en donde el público dejó todo lo que podía ante una banda que no daba crédito a lo que veía, el mismo Scott diciendo en un primitivo español “ha sido un largo rato para venir, estamos halagados de estar acá y de todos los shows éste es uno de los mejores”, oye… era sólo el segundo tema, no sabías la sorpresa que te esperaba, y siendo francos… nosotros tampoco. “In Coalesce With Filth and Faith” fue uno de los primeros mosh que que recibió la banda a teatro lleno, con patadas al aire y toda la cosa, mientras que “Necromanteum” nos muestra la tremenda adición de Neil Tiemann (Ex Devildriver) en sus filas, con un solo impecable. Si bien es cierto su set fue cronológicamente variado, los clásicos son clásicos por algo, y es así como nos revivieron la época de la Scene, del MySpace con “Lie to My Face” en donde el icónico “WHAT THE FUCK!” fue gritado por todos, regalándonos así un momento realmente memorable.

 

    “Collaborating Like Killers” abre con un Blast-Beat brutal que desarmó a medio mundo en el circle pit, mientras que el quiebre hizo mover melenas de forma coordinada al ritmo brutal de Carnifex. Scott agradece en spanglish “muchas fucking gracias”. “Dark Heart Ceremony” por su parte fue coreada por todo un recinto de dolientes. Luego de “Drown Me in Blood” Scott nos advierte que sólo quedan dos canciones más, pero que para la próxima, cuando el diga “jump” todos saltemos, dando inicio a "Hatred and Slaughtered” donde, en efecto, Scott dijo "jump" y todo el mundo saltó, terminando ésta, Scott vuelve a tomar la palabra para decir que queda “uno fucking más”, pero que antes de irse quería agradecer desde el fondo de su corazón, presentando “Slit Wrist Savior”, que a pesar de ser la última de un show que no fue breve, logró seguir moviendo gente en círculos y haciendo extravagantes pasos en un moshpit infernal. Lamentablemente, tal como dijo Scott, “una fucking más” fue, por cierto “una fucking más” y nada más, aunque esperamos un rato a ver si había un cambio de opinión, un encore o algo… nada, sin embargo decir que nos fuimos con una sensación de vacío sería mentira.

 

 


    Si bien es cierto el Deathcore ha sido un género mirado en menos por parte de la audiencia más testaruda del Metal (los más “Trve” como se les suele llamar) anoche quedó en claro que las pseudo peleas que se ven por internet respecto a la legitimidad de un estilo sólo quedan en el teclado, o en alguna alcantarilla de internet, ya que se podía ver a diversos grupos dentro del recinto, todos disfrutando a su manera, que es lo importante, desde que abrió Before Breathing, con esa actitud muy core callejera (en el mejor de los sentidos) pasando por Diametral, que se nota que les gusta el hueveo, y no dudan en hacer participar a la audiencia en ésto, pasando por los internacionales como Krisiun, que (tal como lo expliqué en su momento) podrían haber parecido las ovejas negras de un cartel core, pero supieron aprovechar al público y saben que la música es más fuerte (y vaya que lo fue), mientras que Carnifex se dejó querer, se dejó regalonear por una audiencia que los quería ver hace tiempo y fue capaz de retribuir ese cariño en todo su esplendor. El cariño, sin embargo no estuvo sólo entre el escenario y el público, sino que entre bandas, ya que cada una se encargaba de presentar a la siguiente y agradecer y felicitar la labor de las anteriores, generando una verdadera sensación de fraternidad, muy alejado de la hostilidad que uno suele leer en redes sociales. Lo de ayer fue un espectáculo de una brutalidad transversal de principio a fin, donde el Deathcore, el Melodeath y el Death Metal tradicional se dieron la mano y nos entregaron un espectáculo difícil de olvidar.

 

Escrito por Pablo Madrid

Fotos por Francisco Aguilar, Cortesía de Spider Prod.

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