Pocas veces me emociona tanto reencontrarme con una banda, pero cuando nos invitaron a cubrir a The Mars Volta, fui el primero en ofrecerme por varias razones, pero la principal es porque siempre que mi hija me pregunta cual es el mejor concierto que he ido, mi respuesta siempre es el "SUE" del 2008, en donde se presentaron unos hiperventilados Kaiser Chiefs, y R.E.M., banda con la que debo confesar... me quedé dormido en la platea. Sin embargo, The Mars Volta, me volo la cabeza desde el segundo 1, en un show muy apretado donde no pararon de tocar en ningún segundo hasta que Cedric rompió una ampolleta y la banda desapareció en la oscuridad frente a un público que observaba con la boca abierta. Es por esta memorabilia que me fui al Movistar Arena una vez más, para revivir esos momentos de adolescencia.
Partió el evento muy puntual con un DJ set a cargo de F600, quien calentó los motores de un público muy heterogéneo, entre tatitas como yo y gente bastante más joven, en donde lograron enganchar, algunos bastante animados y entregándose a bailes furibundos, con un set muy bueno que como mínimo te hacía mover la patita al ritmo de los incesantes beats.
Ya eran un poco más de las 21:00 horas y en el aire se sentía la ansiedad por ver al plato fuerte de la noche, por lo que los gritos y vítores no se hicieron esperar por The Mars Volta, hasta que se apagaron las luces y comenzó a sonar un viento muy fuerte que traía sobre el escenario a los liderados por Omar y Cedric, iniciando su show con la introspectiva Vicarious Atonement, que puso al público en un mood espacial, preparándolos para un viaje que recorrería muchos lugares íntimos, violentos y desgarradores.
Tan solo bastó que la banda irrumpiera con Roulette Dares (The Haunt of) para que la gente saliera del trance y se volviera loca, agolpándose frente al escenario, y uniéndose a las voces de Cedric gritando "Exoskeletal! junction at the railroad delayed!!!", y mientras yo intentaba grabar, y cantar y no perder una zapatilla entre el movimiento del público, me fue imposible quedarme adelante por lo que tuve que retroceder como el tata que soy para poder aguantar el show completo. Fue el minuto exacto para poder salir, ya que la banda atacó con L'Via L'Viaquez, canción furibunda y quieta, por muy contradictorio que suene, es el representante perfecto de lo que significa el sonido experimental de The Mars Volta, en donde se lanzaron con una larga imporvisación de sonidos latinos, con un son, un candor, un groove y una calidez que hacía imposible mantener quieta las caderas.
Luego tocaron la hipnótica Graveyard Love, para luego golpearte con Cygnus... Vismund Cygnus, y mostrando cual sería la tónica del concierto, te elevarían con bellas tranquilas melodías, con la apacible voz de Cedric, para luego dejarte caer con riffs brutales que te envuelven en una espiral agresiva, una mezcla de mecerte para luego estremecerte y es por eso que defino este show como viaje, porque The Mars Volta se encarga de experimentar con todo, se encarga de llevar el metal progresivo al sabor latino, pasar del bolero a furibundos sonidos, pasar del swing de la salsa a un solo de batería demoledor, haciendo que se remuevan las piezas más recónditas de tu ser, entregándote por completo a un espectáculo maravilloso.
Hablar del sonido de The Mars Volta, es hablar de virtuosismo, en donde se mezcla la guitarra de Omar con su aura espacial, especial y rockera, con la voz de Cedric quien pasa de un falsete pristino y angelical a gritos desgarradores. La adición a todo este paquete de un percusionista y un tecladista que van creando capas y capas y más capas de ambiente, un bajo que sostiene y le da coherencia a todo lo que está sucediendo sobre el escenario, a todas las improvisaciones, al jamming, al cambio de figuras y compaces, siempre se mantiene incólume para darle forma a este bello trabajo. Mención aparte es la baterista, que es una verdadera bestia, Philo Tsoungui fue una verdadera sorpresa ya que nunca la había escuchado tocar, y tiene el tacto que se requiere para enfrentarse a una banda como esta, golpeando como un martilloo cuando es necesario, y acariciando los parches suavemente cuando la canción lo amerita, una técnica exquisita de esta gran percusionista.
Ya entrada la noche la banda cerró su espectáculo con un doblete de canciones con Son Et Lumiere seguida por Inertiatic ESP, retirándose del escenario en lo más alto de la energía y con un público extasiado y satisfecho de la gran jornada que ofreció la banda, con gratas sorpresas ya que no suelo mirar el setlist antes del show y esperaba más canciones de sus últimos trabajos, pero sorprendieron con lo mejor de sus primeros álbumes. La verdad es que es muy dificil encontrar puntos bajos en esta banda, puesto que conocen al dedillo su rol, cuando entrar, cuando salir, y como hacer de todo este espectáculo algo choerente sin que se convierta en una bola de ruido incomprensible. Un show increíble y que nuevamente se alza entre los mejores recuerdos que tengo de la música en vivo.
Setlist
Escrito por Ramiro Jorquera
Fotografías por Diego Pino
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