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#LiveReview: CL Prog - "El oscuro, onírico y tridimensional emerger del progresivo"

 

En este lado del mundo muchas veces nos toca escuchar el reclamo de cierto grupo está sobrando, que "x" banda no debería estar en el "x" festival, debido a que muchos buscan encasillar toda una propuesta de un evento en un sólo género, ojalá lo más similar posible (casi como si hubiese que repetir a la misma banda tres veces). No obstante, y con la aparición de CL Prog, este debate tomará un rumbo mucho más interesante con el potente debut de esta primera entrega.

Lo que comenzó como un anuncio de un show de Alcest, mutó y mutó hasta convertirse en un mini festival que prometía ser el primer evento del metal progresivo en Latinoamérica, con un cartel muy variado y que tenía a los nacionales Desire Of Pain y Mourners Lament compartiendo con los internacionales Tesseract, Alcest y Soen.

Fue una jornada maratónica que comenzó muy temprano, obligó a pedir varios permisos en los trabajos, pero a las 18:00 hrs. arrancó este festival que tiene la promesa de convertirse en el evento del progresivo latino, pero para mi gusto personal, es un evento que invita a algo más.

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Comencemos hablando de Desire Of Pain, una tremenda banda chilena que sigo desde el lanzamiento del disco Immensity y que salió con toda su fuerza a tocar tres temas. Sí, un setlist cortito, pero con canciones extensas y que dan cuenta de la potencia y calidad de un conjunto que tiene aún mucho por crecer. Una performance sólida y atrapante que supo ganarse al público y que recorrió la versatilidad de la banda al pasar por ritmos como el progresivo, death, jazz y a momentos black.

 


Mourners Lament por su parte, era la apuesta más arriesgada del festival a mi parecer, debido a que el sonido doom que ofrece el conjunto (y que les ha dado reconocimiento internacional) era bien difícil de encajar acá. Sin embargo, los de Valparaíso lograron el desafío y poco a poco fueron ganándose a los presentes con la calidad de sus acordes y riffs que invitaban al headbang. Pudo haber sido un espectáculo quizás más calmo para muchos, pero es la variedad que nos ofrece el doom y que fue motivo de agrado para algunos (más fans de Alcest), pero motivo de extrañeza para otros. Una prueba muy difícil para ellos y que enfrentaron de forma profesional y con lo mejor de su repertorio.

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Pasamos al primer headliner, Tesseract, una banda que tiene una larga historia tratando de tocar en el país y que el covid postergó y postergó. No obstante, los británicos lograron hacerlo y llegaron con dos fechas al país y tras su demoledor show en el Club Chocolate (como fue muy bien graficado por mi colega y que puedes leer acá), tuvieron su paso por CL Prog.

Entrando con clásicos de Altered State, el conjunto comenzó a ganar confianza en el suelo nacional, era diferente a la noche anterior, pero poco a poco fueron subiendo la intensidad y demostrando el porqué estaban considerados en el cartel, con un show potente y que con su desarrollo va tomando incluso matices de metalcore entre su progresivo, dando espacios para mosh brutales y tratando siempre de romper la distancia que el teatro produce (por un tema de ser un recinto mucho más grande).

Tesseract trajo sorpresas con "Dystopia" o "Natural Disaster", que lograron incluir al público en su performance y que respondió de excelente manera a su última entrega Sonder, que les permitió cerrar con un recinto "peinado pa atrás" de la potencia de temas como "King" y "Juno". Sin ser los últimos en presentarse, demostraron su calidad, la posición que tienen en la escena internanacional y de seguro que sumaron más fanáticos con el desplante que manifiestan y la tridimensionalidad que demuestra su música en vivo, al ser más que una gran propuesta de tecnisismo.

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De la ténica y agresividad de Tesseract, pasamos a la calma y experimentalidad de Alcest, un conjunto que venía a mostrar su shoegaze con un fuerte énfasis en su último disco Spiritual Instinct y que fue recibido con un Caupolicán que retumbaba de los gritos y aplausos.

Los liderados por Neige fusionan estilos como ninguno, invitando siempre al espectador a entrar en un trance constante y que sólo se irrumpe por las partes más agresivas para realizar headband al ritmo de nuevos temas como "Sapphire", "Protection" o "Les Jardins de Minuit", pero también con un gran énfasis en el clásico Écailles de Lune con las esperadas "Percées de Lumiere", "Sur L'Ocean Couleur de Fer" y "Écailles de Lune - Part 2".

Un show cautivante y que hizo viajar a muchos y muchas a ese reino onírico del que Neige habla en algunos trabajos. Una oscuridad que está internamente dentro de todos y que pese a nuestros colores se manifiesta (ejemplo de ello el colorido Kimono que vestía el vocalista). Una velada sumamente esperada y que demostró que Alcest tiene para jugar de local y que el cierre con "Kodama" y "Délivrance" dejaron en claro que las visitas deberían ser más seguido.

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Finalmente la jornada se termina con Soen y que podemos decir, somos el mejor país de Chile con capital Soen (ya que la banda decidió definir Santiago como su capital). Un espectáculo breve, hay que decir, y que se entiende por motivos de festival, pero que tuvo a todos inmersos en una presentación pasional llena de fuerza y oscuridad hasta las 12 de la noche.

Entrando al ritmo de "Monarch" y "Deceiver", la pandilla compuesta por Martin, "Pelao", "Peluca", "Yisus" y "Bigote" se la jugó al cien por ciento, con el Teatro Caupolicán que coreo de principio a fin cada uno de sus temas, ya sean clásicos de Lotus como "Martyrs" o "Lascivious", tanto como himnos de antaño que pueden ser "Savia" o "Lucidity".

Soen tiene una muy cercana relación con Chile y que quieren seguir trabajando. Con este show demostraron que pueden tomar el desafío de los grandes escenarios y que pueden liderar la batuta en el metal progresivo moderno. Usaron humo y cerraron con confeti en "Lotus", dando esa sensación de celebración para el debut de un festival que tiene harto para analizar y que supo darle el liderato y cierre a un conjunto que demuestra y clama que puede hacerlo a nivel internacional.

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Acá viene lo interesante con la conclusión y que si bien, CL Prog era la promesa de un festival de progresivo, terminó con o sin querer yendo mucho más allá. Sí, estas bandas tienen elementos de la música progresiva, pero también juegan con sonidos muy diferentes y con públicos totalmente distintos. Fue una apuesta arriesgada y que me atrevo a decir que resultó mejor de lo esperado.

Podías venir por los locos acordes y efectos del progresivo, pero también te llevaste la brutalidad del death, la sombra del Doom, la locura del Core, la atmósfera del black y la furia del metal (ya más genérico). CL Prog nos recordó lo variado que es esta música, lo mucho que puede abarcar y lo limitante que a veces pueden ser las etiquetas. Viste a cinco bandas muy diferentes y todos te dieron un show de calidad y de su propia casa.

Hay que decirlo, el número que más convocó o que tuvo más público fue Alcest, pero eso no resta mérito a ninguna de las otras bandas que de verdad dieron la vida en un escenario grande y con un público súper diverso que iba de la polera del animé de turno, hasta la Emperor. Fue una convocatoria súper transversal en estilos y edades y siento que eso hace falta hoy en día. 

Los tres headliners centraron su show en discos nuevos y la gente se sabía los temas, algo que es gratificante y que demuestra que aún se pueden seguir abriendo las puertas para bandas nuevas, porque sólo a unas cuadras había un show homenaje a Pink Floyd. Los dos recintos estaban llenos y eso habla de algo importante y muy necesario, hay recambio. No es necesario que sigamos escuchando a Rush en cada especial progresivo de la radio.

CL Prog debuta con éxito rotundo en el país, con un gran line up y un sonido cumplió con lo que debía (pese a unos acoples menores). Pero lo esencial, es que logra poner en la discusión nuevamente que tanto podemos fusionar estilos y bandas, cómo el público puede disfrutar de esto y lo necesario que es para todos y todas tener esta oportunidades de concoer música así. Anoche el progresivo nos demostró que es más que sólo canciones de 10 minutos y tiempos que salen del 4/4, nos demostró que la música tiene múltiples variantes y ayer nos tocó una oscura, onírica y tridimensional gracias a sus participantes.

Crónica por Felipe Pino Guerrero
Fotos por Diego "Tío R" Pino



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