Gracias a la gentil invitación de la productora BTS, pudimos asistir a una de las noches más memorables en cuanto a mosh pits se trata. La cita era en el teatro Caupolicán y la excusa era la celebración de los 40 años de carrera de D.R.I. quien estaría acompañado por Hirax y por los nacionales Matahero y Dezaztre Natural, así que nos pusimos las zapatillas con caña blancas, el short de camuflaje y la chaqueta de mezclilla con parches para disfrutar de una gran jornada de Hardcore, Punk, Thrash Metal… y Crossover.
La jornada partió muy temprano a eso de las 19 horas con Matahero, banda nacional con 20 años de trayectoria se paró sobre el escenario con un show muy potente, y con un caupolicán que recién comenzaba a despertar. Poco a poco como una máquina en rodaje se fue soltando la banda y el público hasta que Más que romper el Hielo logró hacerle honor a su nombre y vaticiniba una jornada llena de energía, potencia y violencia.
La gente ya entrando en calor sucumbió al cuarteto y sus pulsos veloces, dando inicio a los primeros mosh pits de la noche. Un gran show de Matahero con una energía sobre el escenario que te traslada inmediatamente a moshear al medio de la cancha y es ahí donde se notan los años de rodaje de esta banda nacional.
Luego de un veloz setlist llegó Dezaztre Natural, con sus 15 años de historia a cuestas conectaron con un público ya encendido desde el primer riff.La banda de Crossover nacional golpeó con sus ritmos veloces y furiosos, sumado a una energía incesante sobre el escenario, se tomaron este como si fuesen los headliners de la noche, aprovechando y estrujando al máximo cada minuto de su presentación.
Los mosh pit no se hicieron esperar y se tomaron el centro de la cancha de un Caupolicán hambriento de hardcore, punk y thrash. El espíritu crossover se apoderaba del lugar, y con 77, un tema contestatario, político, crudo y violento golpearon duro al público, quienes se entregaron por entero a los nacionales, y demostraron el alma de Dezaztre Natural. Un gran show aplastante que dejaba a todo el mundo con ansias de más sonidos crudos y veloces.
Cuando se bajaron los nacionales la tensión se sentía en el aire y una sirena rompe el ambiente junto a luces rojas, cuando de pronto Hirax entra en escena con sus guitarras veloces que los caracteriza, con su canción Battle of the North y el Caupolicán comienza a enloquecer poco a poco. Con un comienzo accidentado en donde Katon terminó cantando desde el suelo, lo dan todo sobre el escenario, tema tras tema van lanzando uno a uno los himnos del mosh pit como Baptized By Fire y Black Smoke.
La energía incansable de su frontman que cruza una y otra vez el escenario es un despliegue de historia, calidad y experiencia que posee Hirax, siendo una máquina aplanadora y devastadora que golpea incesantemente desde su primera canción hasta la última.
De pronto Katon da aviso que es el momento de grabar ya que solamente han tocado dos veces esta nueva canción y lanzan Faster Than Death, trabajo que esperemos, forme parte de un nuevo álbum. Sin embargo la canción es detenida por su frontman para comprobar que un fanático en la primera fila se encuentra en buen estado, diciendo “Somos todos una familia aquí, que nadie termine en un hospital”, y cuando comprueban que está todo bien, vuelven tocando más rápido para sellar su nuevo tema.
Tocan de cada vez más duro, con más potencia y más rápido,demostrando que son una fuente inagotable de Thrash Metal, con un público entregado a la velocidad realizando círculos danzantes cada vez más grandes, haciendo del mosh pit un huracán de ferocidad. La cercanía de katon es tal que a cada minuto se abalanza sobre el público,tomando cerveza junto a ellos y lanzándosela sobre el cuerpo entregándose al bautizo de un ritual de violencia. Finalmente cerraron la jornada con El Diablo Negro y Bombs of Death, dejando a todos extasiados y con hambre de más.
Finalmente llega Dirty Rotten Imbeciles con The Application desatando la locura del Caupolicán, y si, digo locura porque fue exactamente eso, en donde desde el primer segundo de su show se abre el mosh pit en el centro de la cancha y no se detuvo hasta el final. Con un público heterogéneo de todas las edades y estilos, no se demoraron en comenzar a subirse sobre la gente e incluso al escenario para lanzarse de este haciendo stage diving.
La potencia y densidad del show era tal que era difícil mantenerse en pie tema tras tema esta licuadora de estilos golpeaba a la gente con canciones como Violent Pacification o Mad Man, fueron desbordando el lugar. Finalmente este redactor no se pudo mantener en la reja (si soy un tata y quería ir por mi libro y mi tecito de buenas noches) pero la brutalidad de D.R.I. es contagiosa y no te permite bajar las pulsaciones.
Pronto llegaron más canciones más rápidas como Manifest Destiny o Thrashard, que terminaron por enloquecer a todos, apareciendo bengalas (amadas por algunos y odiadas por muchos (recuerdos de vietnam)), y hasta un extintor que salió de quizás donde. lo que hizo detener por unos minutos el show, y cerrando con un Kurt diciendo “Los amamos a todos excepto al idiota que lanzó el extintor”.
La gente nadando sobre el público fue una constante en todo el show demostrando que la gente estaba poseída por la energía de D.R.I., quienes cerraron su espectáculo con I don’t need Society y The Five Year Plan, haciendo que todo se sintiera tan rápido que fueron como 5 minutos desde su comienzo, dejando al público impávido y sediento de más, sin ganas de devolverse a sus casas a pesar de ser un Domingo por la noche.
La moraleja del día de hoy es que los años no son en vano y ya sean 40 o 15, al momento de subirse al escenario parece que todos vuelven a tener 20 años en sus cuerpos, mostrando una energía y velocidad insaciable, que se contagia rápidamente, una vez te sumerges en el espectáculo. Que vengan 40 años más de trayectoria por delante y que sigan sonando tan fieramente como lo han hecho hasta el día de hoy todas las bandas de esta buena noche de Crossover Thrash.
Setlist
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