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#Columna: Lejos del verde-azul, cerca del Negro total


 Un despertar amargo, al menos en este rincón del planeta. No sólo Chile, sino toda Sudamérica. Revisar el acontecer noticioso de las primeras horas del día y encontrarte con las imágenes del voraz incendio que está arrasando con gran parte de la selva amazónica. Un santuario natural que, desde hace 16 días, sufre los embates de una catástrofe que, como suele ocurrir, resulta producto de la negligencia humana. El "pulmón de la Tierra", cuyos bosques albergan la mayor fauna del mundo, corre el peligro de desaparecer debido a las nulas políticas ambientales del gobierno de Jair Bolsonaro, quien ha guardado silencio frente a este crimen ambiental que emula, de alguna forma, al desastre nuclear de 1986 en Chernobyl. 

 La magnitud de esta tragedia reabre el debate sobre el calentamiento global, y razones hay de sobra. Enfocándonos a nivel local, el último lustro ha estado marcado por una serie de incendios forestales, con sus respectivas consecuencias para la flora y fauna de nuestro ecosistema. Nuevamente, la irresponsabilidad del ser humano, complementado con la codicia de las empresas multinacionales, termina imponiéndose por sobre el cuidado del hábitat y la integridad. 

Triste pero cierto; como raza, somos el cáncer de nuestro hogar al que vapuleamos en nombre del "progreso". La tribuna que me da esta página, la aprovecho normalmente para hablar de música, discos, reseñas de conciertos, notas... Pero es imposible permanecer impasible ante estos terribles hechos que sólo conforman una visión negra sobre el futuro que nos depara, al punto de que incentivar a la consciencia parece la única opción y, al mismo tiempo, una herramienta que pierde su sentido cuando la indolencia se convierte en un valor. 

  Escribo estas líneas en base a un playlist que, a estas alturas, parece ser la banda sonora de esta época en que el concepto de 'humanidad' se perdió en favor de la codicia y los intereses empresariales. Esa misma ambición desmedida que motivó a Dave Mustaine a escribir "Countdown To Extinction", una fuerte denuncia hacia quienes promueven el safari de sangre y fuego con que los órganos de nuestro planeta sufren el castigo injusto de nuestra parte, minando la salud del hogar que valoramos poco y nada. 

 Escribo estas palabras mientras "Global Warning" de Gojira -un título que lo dice todo- aparece en mis audífonos como una advertencia sobre el desolador panorama que nos espera. El track que cierra el supremo "From Mars To Sirius" es un pasaje que, lamentablemente, adquiere vigencia y con bastante razón. Un clásico que adquirió ese estatus debido a esos acontecimientos que nos sumen en el dolor y el luto, así como queda en evidencia la irresponsabilidad de nosotros como humanos, muchas veces consentida por los intereses materiales. Terrible y real, 

  Redacto esta columna mientras le pongo play de una al "Handle With Care" de Nuclear Assault, cuya portada te recuerda porqué la personalidad revolucionaria del Thrash Metal de los '80. Puedo cerrar los ojos y ver en mi mente la agonía de un planeta con sus arterias tapadas en escombros, petróleo derramado, paisajes naturales convertidos en cenizas y especies animales de los que prevalecen sólo sus restos. Olvidémonos de la "advertencia" del título, demasiado tarde si consideramos que en nuestra biología está impregnada esa costumbre de lamentarnos por no haber sido cuidadosos con nuestro entorno, cuando ya no hay nada que hacer y el daño es irreparable. 

Un planeta ennegrecido por la mano destructora del hombre, como pregonaba Metallica hace poco más de tres décadas, coloreado con las tonalidades de la muerte y la pérdida, dando forma a la inminente fotografía de la Pacha-Mama convulsionando por los síntomas de una enfermedad terminal. Es deprimente tener que resignarnos a ser testigos de la desaparición de un órgano vital. 

No solo en el Amazonas; el desastre ambiental que afectó a Quintero y Puchuncaví hace unos meses, producto de un derrame de petróleo en la costa, derivó en una masiva emergencia hospitalaria, con más de 300 personas presentando vómitos y mareos, mientras una nube amarilla se cernía sobre el lugar. Empresas trabajando con gases químicos, exponiendo la salud de los lugareños a un riesgo que pude ir más allá de la intoxicación, denotando una convivencia rebatible entre población e industria. Responsables, para variar, no hay (?), mientras la gente común, y familias enteras deben mamarse el cagazo ajeno. Tal cual. 

 ¿Alerta global o conteo hacia la extinción? En un planeta oscurecido por la inhumanidad de unos pocos y la indolencia de una mayoría, mejor asumir lo que se nos viene como habitantes de un Globo Terráqueo cuyo verde y azul se vuelve cada vez más gris, acercándose al negro de un futuro cercano. Las cosas como son.

P.D.: "Ambush" de Sepultura, el reflejo de lo que su servidor y y una mayoría siente respecto a la omisión de la autoridad y la impunidad del crímen. Y me dan ganas de patear la mesa y enfrentar a esos señores que nos venden ilusiones y promesas de campaña, ¡por la cresta!

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