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#DeCulto - Sepultura: el desesperado grito de un mundo enfermo


Mi fanatismo por Sepultura es extraño, por decirlo menos. Una de mis puertas de entrada al Metal, cuando llegó a mis manos el recordado "Roots" (1996), un cassette que se ganó el puesto titular en mi Walkman Sony, allá a mediados de la década del '90. Poco después, ya en la media, "Chaos AD" (1993) se sumaba a la -entonces escasa- colección personal y los brasileños se convertían de inmediato en una de mis bandas de cabecera -poco antes, los videos de "Territory" y "Roots Bloody Roots" en el recordado programa "OK" de UCV-TV, ya me habían despertado esa curiosidad por esa música tan pesada y agresiva. 

  De ahí para atrás, con los supremos "Beneath The Remains" (1989) y "Arise" (1991) introduciéndome a un estilo de música extrema que, no obstante, podía jactarse de su originalidad y la rabia con que las guitarras y la bataca arrasaban con todo a su paso. Metallica, Pantera, Megadeth, Slayer, Fear Factory, Testament, Machine Head, Carcass... Sepultura se sumaba como el representante sudamericano y eso a los 14 años, llama tanto la atención como la portada del mencionado "Chaos AD", un impacto visual imposible de abstraerse después de más de dos décadas. 

 De una institución como Sepultura hay poco que decir luego de más de tres décadas en la carretera y harta agua que ha pasado por el río desde la polémica salida del fundador y cantante Max Cavalera, en 1997, a quien le siguió su hermano, el baterista Igor, casi una década después. Dejando de lado el presente, los conflictos y declaraciones cruzadas con los componentes actuales, el legado del conjunto brasileño como estandarte del Metal mundial trasciende más allá de toda frontera o estilo en cuestión. Y en esta parte del mundo, donde la injusticia racial es pan de cada día, su catálogo es obligatorio y necesario. 



  Formados en Belo Horizonte en 1985, los inicios de Sepultura reflejaban el primigenio interés de los hermanos Max e Igor por el naciente Metal Extremo de la década en cuestión. "Morbid VIsions" (1986), el LP debut, consistía en una producción precaria pero interesante debido a su sonoridad cercana al Death Metal y el Black, casi un lustro antes del estallido de ambos géneros en Europa y sería con el siguiente "Schizophrenia" (1987) que los brasileños, con el bajista Paulo Jr y el flamante guitarrista Andreas Kisser completando la que será reconocida como su alineación más clásica y la más exitosa.

 Poniéndome en el lugar del fan con un carrete de 20 años aproximadamente, una de las razones de peso por las que siempre tuve a Sepultura como banda de cabecera -al menos el catálogo que comprende desde los inicios en los '80 hasta el atardecer de la década siguiente-, además de la música, es la identidad que encarna como embajadores del Metal en el Tercer Mundo. En una época en que las almas atormentadas del Doom Metal, el paganismo ritual del Black y la personalidad sanguinaria del Death Metal compartían un espacio respecto a los veteranos del Thrash, los brasileños apelaron a la crítica social, la mirada hacia el entorno cotidiano y la injusticia bajo la cual los poderosos alimentaban su codicia a costa de las clases trabajadoras. 


En dicho espectro también encaja la lucha de los pueblos originarios, la gran mayoría extinguidos por magnates extranjeros que actuaron bajo el amparo del propio gobierno. Ocurrió en Brasil, México Chile, Argentina, Perú... Una Latinoamérica que, pese al aparente dominio europeo desde hace más de cinco siglos, jamás ha menguado su lucha. Incluso haciendo el aguante durante las décadas del '60/'70/'80, cuando las dictaduras de ultraderecha, con el apoyo de los militares y los servicios de inteligencia de USA, se tomaron la región para sumirnos en una atmósfera de barbarie y oscuridad.



  Por supuesto, el mundo retratado por Sepultura no se limita a un determinado territorio. Tanto la letra de "Refuse/Resist" como su mítico videoclip, por ejemplo, conformaban una puerta de entrada a la rebelión contra toda autoridad existente. Salir a la calle y enfrentar a la policía en la cara, manifestarte tu descontento como ciudadano. Yendo más atrás, "Inner Self" se ganó una fuerte identificación por parte de una juventud sin esperanzas de surgir en la vida; la frustración, la rabia de un estrato social vulnerable cuyas opciones de surgir y desarrollarse como profesionales son limitadas, por no decir nulas. El entorno bajo el cual se formaron los hermanos más celebres del Metal sudamericano, retratado a través de la música más rabiosa y cruda del planeta, con Max ejerciendo de ideólogo y escritor principal, secundado por su hermano menor, un prodigio en la batería y cuyo fanatismo por Slayer, Venom y Discharge le impulsan a forjar un estilo tan propio como determinante para las futuras generaciones.

 Centrándonos en sus dos mejores trabajos -los mismos que tendremos la oportunidad de disfrutar en vivo el próximo 9 de junio, resulta magnánima la dualiddad con que "Beneath The Remains" (1989) y "Arise" (1991) denotan sus respectivos distintivos sin perder la coherencia de su propuesta. Mientras el primero le dio al Thrash sudamericano una puerta hacia el profesionalismo sin echar por la borda sus principios -en Chile, tenemos a Necrosis y el clásico "The Search" (1989)- la opus del '91 los consagró como una fuerza sin contrapeso, un martillazo directo al cráneo, un cataclismo del cual es imposible zafar. Las diferencias son mínimas cuando sucumbimos al poder devastador con que los brasileños dejaron en claro que, además de USA y Europa, en Sudamérica también había pasta como potencia, cuya identidad tardaría poco más de una década en moldearse como tal. 



   No hablaremos de la controversial salida de Max en 1997 -seguido por Igor una década después- ni de los dimes y diretes con sus ex compañeros de ruta, porque creemos que no vale la pena y sólo empaña un legado que, después de tres décadas, sigue haciendo escuela en este rincón del mundo y similares. Por otro lado, la era 1987-96 es irrepetible , y con mayor razón: en menos de una década, Latinoamérica rugió fuerte, adoptando la revolución sónica de unos primigenios Metallica y Slayer para colorearlos con sus propios matices de injusticia e ira. Un grito de guerra que, hasta hoy, remece los cimientos de un planeta enfermo.  



Recuerda que Cavalera Conspiracy vuelve a nuestro país para interpretar por completo "Beneath The Remains" y "Arise", el próximo 9 de Junio en el Teatro Caupolicán. Puedes encontrar tus tickets acá!

Escrito por: Claudio Miranda

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