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#DeCulto - "Beneath The Remains": La voz del Tercer Mundo


   A fines de la década de 1980, el Thrash Metal capitalizaba su dominio y alcanzaba el peak de popularidad. Con Metallica, Slayer y Kreator al frente, lo que surgió como un fenómeno underground en la Bay Area de San Francisco se convertiría en una revolución sónica sin precedentes, gracias a la ferocidad con que la música, en un principio ignorada por los medios de gran alcance y el mainstream, retrataba a la humanidad en su interior: violenta, podrida, corrupta hasta la médula. En algunos casos, incluso se permitía lo provocativo, la blasfemia como muestra de rebeldía contra lo establecido, desde la iglesia hasta el propio estado. 

  Mientras el Hemisferio Norte -USA, Canadá, Alemania y Suiza, para ser más exactos- se sometía a esta revolución, al sur del mundo se incubaban los primeros óvulos. Imposible permanecer ajeno, entonces, a lo que ocurría arriba del globo, sobretodo en Brasil. Siendo específicos, en Belo Horizonte. En esa región, dos hermanos adolescentes se alimentaban de Metal y Hardcore Punk por igual, música subterránea y cruda en su estado más puro. Por otro lado, el Rock se vuelve en el motor de sus vidas, al punto de que, tras asistir a la primera edición del festival Rock In Rio (1985, insuperable respecto a lo que sería décadas posteriores) Max e Igor Cavalera, guitarra/voz y batería, respectivamente, formaban su propia banda a la que, motivados por una canción de sus idolatrados Motörhead, bautizarían como Sepultura.

  Después de casi 35 años de carrera, y con mucha agua que ha pasado bajo el río a partir de los años '90, Sepultura se ha mantenido en la primera línea el Metal sudamericano y mundial. Pero la alineación más recordada es la que editó esos apabullantes cinco LPs entre 1987 y 1996. Luego de la edición del debut con "Morbid Visions" (1986) y la partida del guitarrista fundador Jairo "Tormentor" Guedez, el lugar lo tomaría Andreas Kisser, guitarrista dueño de un dominio de alto nivel, sumándose a la formación liderada por los hermanos Cavalera y completada por el bajista Paulo Jr. De esta manera, "Schizophrenia" (1987) nos muestra un Sepultura menos precario que en el anterior "Morbid Visions" y canalizando con maestría la brutalidad extrema con que los brasileños se harían un lugar de honor dentro de un par de años.

  El aporte de Andreas Kisser en la guitarra principal y el trabajo creativo obtendría sus frutos en 1989, cuando Sepultura da el golpe a la cátedra. Si hasta esos días hablar de Thrash y Death Metal se reducía a apuntar la mirada hacia Norteamérica y Europa, ahora era el turno de Sudamérica para pronunciarse y el primer gran estallido se daría en tierras cariocas. Roadrunner apostaba por estos jóvenes músicos cuya propuesta bebía de la música underground para conformar su propio estilo, a pesar de que recién en los '90 se presentaría como tal. Había que llamar la atención de los gigantes del Norte, y aquello fue porible gracias al lanzamiento del que, para una mayoría, debe ser el mejor disco de Death-Thrash Metal compuesto y publicado por una banda sudamericana: "Beneath The Remains".

  La historia detrás de la producción del tercer disco de los brasileños es particular: tras haber fichado por Roadrunner, se recurrió a los servicios del ingeniero Scott Burns, quien ya había desempeñado funciones como productor y artífice con nombres de la talla de Death y Whiplash, para después consagrarse como gurú del Death Metal americano y mundial. Al momento de su contratación como productor del próximo disco de los de Belo Horizonte, Burns accedió cobrando una tarifa baja, motivado por su viaje a otro país, al sur del Globo Terráqueo. Una vez instalado en los estudios Nas Nuvens Studio de Rio de Janeiro, el destacado productor comenzó su tarea utilizando los equipos de alta tecnología que trajo personalmente desde su residencia en Tampa, Florida. El asunto iba en serio.

   A pesar del batatazo que implicaba la firma por Roadrunner, no todo sería miel y hojuelas. Originalmente, contemplaron, para la portada del disco, utilizar la ilustración de Michael Whelan titulada "Bloodcurdling Tales of Horror and the Macabre", pero debido a su condición de "recién llegados", el sello los convenció -si se puede decir eso- de utilizar otra ilustración. De mala gana, Sepultura accedió y terminó decantándose por "Nightmare In Red" del mismo autor, mientras la anterior fue designada para el arte del también seminal "Cause Of Death" (1990) de Obituary, con quienes los brasileños formaron lazos de camaradería que se mantienen hasta hoy.
   

  El puntapie inicial con el track que titula el disco nos avisa de inmediato en qué liga juegan los brasileños, con un promedio de edad que no llega a los 20 años. Una intro con matices tenebrosos -muy al estilo de lo que venía haciendo Metallica-, suficiente como para hacernos una idea de lo que se nos viene durante los próximos 40'. Sea Thrash o Death Metal, Sepultura encarna los valores de la música extrema en su máximo grado, complementado con una integridad artística que rompe con todos los esquemas impuestos en el Metal, aunque sin perder una pizca de su coherencia. "Mortality, insanity, fatality...", ruge con profunda rabia Max Cavalera, el ideólogo de estos Sepultura que sorprendía a todo un planeta con ese sentimiento que hizo de la música extrema una forma de vida y pensamiento. Metal y Hardcore-Punk juntos en una combinación letal...y real, como la vida misma.

  Tras la metralla inicial, un himno del Metal y del Tercer Mundo por derecho propio: "Inner Self". Una observación de la vida en las favelas, los sectores vulnerables de un continente donde los ricos se enriquecen más y la pobreza castiga con dureza a quienes carecen de los recursos para surgir. "Nobody will change my way, life betrays but I keep going, there's no light but there's hope, crushing oppression, I win.". Más claro echarle agua. Musicalmente hablando, un pasaje repleto de vértigo y quiebres rítmicos plantados con tamaña inteligencia. Inteligente, honesto y puñetero. Como tiene que ser y viene siendo el Metal. Sobretodo hoy, en estos tiempos de confusión y con un continente sometido, nuevamente, bajo regímenes de ultraderecha.

   "Stronger Than Hate" continua el recorrido disminuyendo las revoluciones, al menos en la sección inicial. Sepultura representa a una Sudamérica enojada y con sed de venganza, por lo que el sentimiento Thrash que destila la música se mantiene firme, a la vez que la dupla compuesta por Max y Andreas en las guitarras construye una muralla sin fisuras. Más fuertes que el odio son los sentimientos que nos permiten movernos por la vida, no dejarnos someter por las emociones negativas que sólo carcomen el alma. Y así lo traduce la música, hasta el remate con ese impecable solo de bajo que aparece de manera abrupta como una especie de 'coda'. Cuánta clase en tan sólo 15' de música.Y el resto, ni imaginarse.

  El groove paranoide de "Mass Hypnosis" grafica hasta el más mínimo detalle el estado de gracia en que se encontraba Sepultura, incluso poco antes de dar vuelta el tablero con el supremo "Arise" (1991). Apuntando directo a las mentiras de la religión y cualquier creencia que implique miedo a la diferencia y lo foráneo. En lo musical, cuánto significó el ingreso de Andreas Kisser un par de años antes! Y "Beneath The Remains" en su totalidad resulta en el testimonio irrefutable de una agrupación que, pese a su juventud, procreaba música como veteranos en estas lides, canalizando la rabia juvenil de esos años con una fluidez que motivó a toda una generación a volcar sus instrumentos y voces en la música extrema. De paso, el camino para compañeros de ruta como Ratos de Porão se abría al exterior. Da igual si es Metal o Punk, el sentimiento es uno solo. Y en "Mass Hypnosis" queda demostrado sin contrapeso. Cuánta solidez en esa música subterránea por vocación!

  Si bien los golazos del disco se concentran en el lado A del vinilo/cassette, no por ello el otro tramo sería menos interesante. El desempeño de Igor Cavalera como eximio baterista queda reafirmado con el amanecer de "Sarcastic Existence", un pasaje demoledor en todas sus líneas -el LP en su totalidad lo es, en realidad-, menos ganchero que los "hits" pero tan agresivo como sea (im)posible. Quizás nada nuevo para quienes ya venían forjando este sonido hace un par de años atrás más al Norte, pero el sentimiento que transmite la música pesa más que cualquier acrobacia o muestra de virtuosismo pa' la galucha. Sensación similar que nos queda con "Slaves Of Pain", con la ira latina hirviendo en la sangre. Poco antes de que el Death Metal de Florida trascendiera más allá de sus fronteras, una joven y prometedora banda de Brasil dictaba cátedra respecto a cómo debía sonar la música y cómo ejecutarla, sumado a un despliegue creativo que impulsó, ya en la década del '90, a que las grandes uminarias mundiales fijaran sus miradas en estos rumbos. 

  El groove sincopado de "Lobotomy" y la simpleza contundente de "Hungry" parecen tomarse de la mano respecto a las intenciones plasmadas a lo largo del álbum. He ahí una de las grandes cualidades de Sepultura al momento de componer, la coherencia con que "Beneath The Remains" destaca con luz propia y proyecta un discurso que, después de tres décadas,se mantiene vigente en el panorama a nivel continental y mundial. Culminando el recorrido, el frenesí implacable de "Primitive Future", una paliza de riffs asesinos y una forma eficaz de patear culos por doquier. Violencia y odio en su forma más pura, como en toda la placa. Como para terminar pidiendo tregua luego de una calurosa batalla campal. La influencia de Slayer es notoria y los brasileños dan cuenta de aquello sin descuidar su identidad.

  El impacto provocado tras la publicación del álbum no se hizo esperar. Una gira norteamericana inmortalizada en el videoclip para "Inner Self"-grabado en el Ritz de Nueva York mientras abrían para King Diamond- y un periplo europeo compartiendo escenario con los thrashers germanos de Sodom. Sepultura lograba inscribir su nombre en el mapa como referentes y estrellas en un género en que sólo el más fuerte e inteligente sobrevive. Y los brasileños hicieron más que eso: ganaron, gustaron y golearon. Los posteriores "Arise" y "Chaos A.D." (1993) despejaron toda duda respecto a lo que se gestó en Brasil, culminando su etapa dorada con el ambicioso "Roots" (1996), para muchos el cierre de una era irrepetible.

   Han pasado tres décadas exactas desde la aparición de "Beneath The Remains" y su vibra todavía remece los cimientos de un mundo corrupto e inhumano. Con un fanático misógino y fascista ocupando el cargo máximo en Brasil en estos momentos, sería lindo que surgiese una nueva banda con los mismos ideales que la agrupación fundada en los '80 por los hermanos Cavalera, a prueba de etiquetas y gritando las cosas por su nombre, sin pelos en la lengua. Por eso es importante recordar que hace tres décadas, Sudamérica obtuvo el derecho a voz y voto a través de una banda conformada por adolescentes brasileños que vio en la música una manera de escapar del mundo. O, mejor dicho, para destruirlo. El Tercer Mundo, el subdesarrollo en su máxima expresión y cuyo soundtrack encaja como anillo al dedo. Eso es Sepultura, ayer, hoy y siempre: la banda sonora de un continente que se resiste a ser sometido luego de cinco siglos.



Recuerda que Cavalera Conspiracy vuelve a nuestro país para interpretar por completo "Beneath The Remains" y "Arise", el próximo 9 de Junio en el Teatro Caupolicán. Puedes encontrar tus tickets acá!



Escrito por: Claudio Miranda



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