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#LiveReview: Aisles ""Final de un viaje al centro de la humanidad"


Entre el jueves 6 de octubre de 2016 y el sábado 20 de Enero del año en curso, han transcurrido 471 días. En la primera fecha mencionada, los chilenos Aisles lanzaron en vivo el colosal Hawaii (2016), trabajo que debe ser, por lejos, fundamental en el desarrollo de la escena progresiva a nivel local y, por qué no, internacional.


Desde el éxito a nivel de crítica –incluyendo la mención por parte de la revista especializada PROG de Inglaterra-, hasta una gira internacional que le valió al sexteto hacerse un nombre como referentes actuales del Rock de vanguardia, pasando por una serie de presentaciones de carácter especial, como ocurrió hace unos meses cuando abrieron una de las tres jornadas del Marillion Weekend en nuestro país. Por supuesto, nada de aquel merecido éxito hubiese sido posible si no fuera por la vibra plasmada en el trabajo más ambicioso y honesto de la banda en más de una década de carrera. 471 días duró también el viaje a través del espacio sideral, cuya última parada fue en el mismo lugar donde comenzó el ciclo. Una fiesta donde la emoción y la categoría trastocaron nuestra sensibilidad, algo inevitable tratándose de una agrupación que, más allá de la experticia técnica, ha priorizado en cada trabajo la emoción y el concepto que fusiona la realidad con la fantasía de manera certera.
Pasadas las 20 horas comenzaría la jornada de la mano de ZET, agrupación liderada por el baterista Christian Hirth –componente histórico de la mítica banda de fusión Mediabanda-, y cultora de una propuesta basada en la combinación de elementos del Rock y la electrónica, conformando una fórmula sonora que sobrepasa, fácilmente, todo tipo de cliché existente, al borde de lo inclasificable. Para darle forma y energía a todo esto, resulta fundamental la labor que también desempeñan Aurelio Silva (guitarra, sintetizador) y Cristóbal Arriagada (teclado y sintetizador), todos músicos orientados hacia la búsqueda de terrenos sonoros fuera de lo convencional. Tremenda y lisérgica presentación que, por algún momento, se hizo algo corto para quienes sentimos la inevitable conexión con esta dosis de vanguardia pura.


Cerca de las 21 horas, y con el auditorio del Centro Cultural Alameda repleto, Salen al escenario los guitarristas Germán Vergara y Rodrigo Sepúlveda, el bajista Daniel Baird-Kerr, el tecladista Juan Pablo Gaete y el baterista Felipe Candia, dispuesto a dar comienzo al último viaje por el magnánimo Hawaii (2016) con la pomposa intro que da paso a “The Poet”. Poco después se suma Sebastián Vergara, de quien debemos afirmar que su evolución como intérprete resulta grata para quienes sabemos que la vibra presente en la obra en cuestión sobrepasa todo tipo de barreras, incluyendo las musicales. Tal como debe ser presentada una placa con las proporciones de Hawaii, donde la emoción y el dominio técnico ejercen una tarea fundamental cuando se trata de sumergirnos en la historia.


Uno a uno, y casi sin pausas, desfilaron “Year Zero”, el single “Upside Down”, “CH-7”, “Terra” y “Pale Blue Dot”, por nombrar momentos en que la psicodelia espacial de Aisles dio cuenta, una vez más, de su vigencia al momento de transmitirnos una fuerte y necesaria dosis de locura, reflexión, nostalgia y melancolía. Es cierto, podríamos dedicarle decenas de párrafos a la tremenda labor desempeñada por Juan Pablo Gaete como responsable de la envolvente atmósfera sonora a la cual es imposible resistirse, o a la soberbia labor desempeñada por Germán Vergara y Rodrigo Sepúlveda en las seis cuerdas, pero nada de aquello tendría valor si no fuera por cómo el sonido inconfundible de Aisles llega hasta lo más profundo del alma y la mente, como pudimos apreciar en “Nostalgia”, muestra irrefutable de una fórmula que nos recuerda que menos es más, incluso en un género tan rígido  como lo es aquello que denominamos ‘progresivo’.


La calidad interpretativa de Germán Vergara en la guitarra y en la voz se traduce en un complemento perfecto para Sebastián, quien se adueña del escenario como un frontman realizado, y en verdad lo es. Hay que resaltarlo, sobretodo en el clímax que simboliza “Hawaii”, el corte que marca, sin dudas, la intensidad del álbum y la presentación al tope, con la banda completa dándolo todo en su máxima expresión. Mención aparte para Daniel Baird-Kerr y Daniel Candia, ambos destacando por un desempeño que, más allá de alguna que otra muestra de experticia individual, mantienen incólume la solidez con que el sexteto desplega toda su fuerza creativa hasta darle forma y sentimiento concretos. La conmovedora “Falling” y la calidez submarina de “In The Probe” finalizan la experiencia Hawaii con una categoría que, pese a algunos problemas técnicos con el micrófono de Sebastián, se mantuvo firme en base al profesionalismo y entrega denotados sobre el escenario.


Luego del último repaso íntegro por el trabajo de 2016, la segunda parte estaría integrada por una selección de sus trabajos anteriores, partiendo por la sublime “The Wharf That Holds His Vessel”, seguida de “Clouds Motion", ambos cortes originales del LP debut "The Yearning" (2005), dejando en claro que, en poco más de una década, la propuesta de Aisles se mantiene intacta al paso de los años, y rebosante de vida y vocación de búsqueda artística. Las cosas como son: esos pasajes donde nos encontramos con una banda que ha sabido transformar sus influencias musicales en parte de su ADN hasta forjar su firma personal, como pudimos apreciar en "4.45 AM", donde el medley conformado por versiones de Rush, Yes y King Crimson retumbó como cañón hasta despertar la euforia de los fans más acérrimos del Rock Progresivo. Y como broche de oro, la épica “The Maiden”, resumiendo con maestría incuestionable la orientación del sexteto hacia nuestros sentidos y el diario vivir del hombre común. Cierre perfecto para culminar un viaje que, para quienes vemos en la música el reflejo de nuestros anhelos y recuerdos más preciados, nos hizo reencontrarnos con nuestro ser a nivel individual. El Club Hawaii cierra sus puertas pero permanece intacto el recuerdo presente en los placeres terrestres que aún perviven hasta hacernos tomar consciencia sobre el cuidado de la Tierra: nuestro hogar. Eso es, en su esencia, Aisles: un viaje musical hacia lo infinito del diario vivir.  

Escrito por: Claudio Miranda
Fotos por: Karla Soto

ZET





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