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#LiveReview: King Of Liars + Queen Milk + Cleaver "Viajeros"



No es una novedad afirmar que el Rock como solemos conocer en su forma y propuesta cobró forma a fines de los '60 y comienzos de los '70, cuando agrupaciones como Led Zeppelin y Black Sabbath cimentaron las bases de un género que se alejaba considerablemente del legado de estrellas como Elvis Presley, Chuck Berry y la misma 'Beatlemanía'. Al contrario, es una constatación de cómo aquella influencia notoriamente predominada por el blues y las crudeza de las guitarras ha hecho escuela durante casi cinco décadas, incluso inspirando a generaciones recientes para reivindicar la vigencia de una revolución cuyo eco ha traspasado las barreras del tiempo, incluso al punto de llegar a nuestro territorio. Al menos esa es la impresión que nos queda luego de la noche del jueves 2 de Marzo, con el tradicional recinto La Batuta albergando lo que fue una noche de Rock n' Roll en su faceta más vintage, pero con el toque refrescante necesario cuando se trata de amplificar en vivo el éxito de una fórmula que se mantiene perenne con el paso de los años, llegando a su punto culmine durante los '90, cuando, luego de los decadentes y estrambóticos años '80, la única opción era volver a las raíces sin ningún tipo de artilugios.


   La jornada empezaría con King Of Liars, el proyecto solista con que Johnny Verdugo, guitarrista de Break.Down, ha decidido explorar los caminos del Rock duro en su faceta más melódica, por lo que el papel que juegan Víctor Chousal (voz), Rodrigo Aranda (bajo) y Raúl Rondini (batería) dentro de la unidad ha sido fundamental cuando se trata de llevar al escenario el peso de una propuesta que rescata lo mejor del Hard Rock de los '90. "Little Bitch", "City Of Angels" y "4U", cortes pertenecientes a lo que será su primer LP -próximo a ser editado en solo unas semanas-, reflejan la energía electrizante con que el cuarteto oriundo de Valparaíso despliega todas sus virtudes interpretativas, en especial el propio Víctor Chousal, un cantante que, pese a su tímida presencia, da cuenta de un desempeño vocal que combina melodías cálidas con la rabia propia del género. Algo similar podemos afirmar de Johnny Verdugo, cuyo desempeño en las seis cuerdas se complementa magistralmente con la base rítmica compuesta por Rodrigo Aranda -su aporte en las bajas frecuencias resulta tan escalofriante como su experticia técnica- y Raul Rondini, como se pudo notar en pasajes como "Funk Night", cuyo swing en vivo invita automáticamente al baile en el escaso pero entusiasta público presente en el recinto ubicado en la Plaza Ñuñoa. Para rematar la presentación, llegarían "Bad in Me" -single debut de los porteños- y "A New Dawn", suficiente como para coronar sobre el escenario el presente de una agrupación cuyo futuro se avizora prometedor.



   Poco después, llegaría el turno de Queen Milk, quinteto liderado por el guitarrista Rodrigo Mora y cuya propuesta basada en el Rock duro fuertemente influenciado por Led Zeppelin y Black Sabbath -con algunos retazos del mejor Deep Purple- adquiere dimensiones gigantescas en base a una puesta escénica que combina la pasión plasmada en cada riff con ráfagas instrumentales que causan estragos desde la nada misma, elementos que se hacen presentes desde el comienzo con "Poison Snake".
Por estos días, Queen Milk está presentando su EP titulado El Descanso, del cual destacan, además del corte mencionado, "Knock Down the Fish" y "Nowhere", todas interpretadas con una maestría tan impresionante como la actitud en escena, con Rodrigo Mora utilizando su Telecaster como instrumento sexual al más puro estilo de Jimmy Page. Por supuesto, el papel que juega el cantante Samuel Carvajal a nivel vocal y de escena adquiere matices explosivos, y su presencia evoca de manera natural la influencia de emblemas del Hard Rock como Robert Plant, Ian Gillan, Paul Rodgers y, por qué no, Ozzy Osbourne -su mejor versión, al frente de los Sabs durante la primera mitad de de los '70-. En cuanto a la base rítmica, el trío conformado por el eximio bajista Mauro Prado, el baterista Nacho Prado y el percusionista Felipe Espinoza no solo cumple a nivel técnico, sino también se anota con un aporte tremendo en una propuesta que combina riffs bluseros con la psicodelia con que el local se baña en todos sus rincones, llegando a su punto cúlmine en la sección final compuesta por "These Times" y "Brazil", todos fieles reflejos de las virtudes técnicas e interpretativas propias de una agrupación que nos transporta mágicamente a una era dorada. Por cierto, la presencia estética de obras como La Naranja Mecánica no tiene nada de casual, sobretodo si consideramos que detrás de lo que puede parecer un "inocente" revival se esconden intenciones claramente lujuriosas. Queen Milk, en vivo, nos invita a deshacernos de esa inocencia para invitarnos a disfrutar de ciertos placeres prohibidos hasta la última gota.


   Y así como revivimos por un instante el pasado, también corre la misma apreciación para el presente con que Cleaver inscribe su nombre como referente importante para el género en su faceta más ligada al movimiento telúrico cuyo epicentro se situó en Seattle, a comienzos de los '90. El cuarteto liderado por el guitarrista y cantante Carlos Cleaver se encuentra promocionando su segundo LP titulado Hear The Silence (2016), trabajo con que el cuarteto revalida una fórmula que combina modernidad con crudeza, lo cual se hace sentir de manera aplastante en vivo, apenas se dejan caer los primeros acordes del track que titula el álbum.

  Uno a uno se suceden "Bipolar", "Feelings" y Feel the Sickness", todas pertenecientes a una de las mejores placas editadas durante la temporada pasada y con la cual Cleaver no solo regresó en excelente forma al estudio, sino además adquirió un aumento de potencia que permitió endurecer mucho más su propuesta, lo cual, sobre el escenario, se hace notar de manera tremenda, con un equipo que no tarda en desenvolverse sobre el escenario  a sus anchas. Así al menos se puede explicar lo que genera el fiato entre Carlos Cleaver y Carlos Vergara, cuyas guitarras parecen entablar una conversación en medio de la flameante metralla, mientras la dupla rítmica compuesta por el bajista Maloso Grimm y el baterista Mc Drummer da cuenta de una efectividad tremenda como motor de esta máquina bien aceitada llamada Cleaver, cuya solidez en vivo se basa en la sencillez de una fórmula que, una vez más, deja en claro que con menos se puede lograr más. La interpretación de "Why are you so jealous, Honey?", por cierto, grafica la virtud que posee el cuarteto de reproducir lo logrado en el estudio sobre un escenario, donde las melodías más pegajosas no pierden un ápice de su esencia. Y para rematar el set y la jornada, luego de interpretar Hear The Silence en su totalidad, una breve visita al pasado con "Ironic" y "The Anger", ambas pertenecientes al LP debut Illusion (2013) y con las que Cleaver le hace un guiño a los inicios sin renunciar en absoluto al fructífero presente que vive. Broche de oro para una noche de Hard Rock en que, más allá de los "viajes en el tiempo", predominó la actitud y la maestría por parte de tres agrupaciones que no tuvieron empacho en exponer sus influencias a su manera.

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Escrito por: Claudio Miranda
Fotos por: Nicolás Soto

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