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#LiveReview: The Gentle Storm "Bienvenidos al paraíso terrenal"

El próximo año se cumplirá una década de la histórica visita final de The Gathering con Anneke Van Giersbergen al frente (show registrado íntegramente en el DVD titulado “A Noise Severe” -nombre de la gira que los trajo a Santiago en Marzo de 2007 en medio de la promoción del álbum “Home”-, en el Teatro Caupolicán). Lo que puede parecer un dato anecdótico respecto a la carrera de la talentosa y carismática cantante holandesa luego de su exitoso junto a la banda que le valió el impulso necesario hacia el éxito y la fama a nivel mundial, nadie podía prever, entonces, que sería el inicio de una nueva etapa para una joven y talentosa artista (referirse a ella como ‘cantante’ es poco) cuya capacidad creativa no sabría de límites de ninguna clase (tipos como Devin Townsend lo han comprobado personalmente). Agua de Annique, The Sirens (proyecto conformado junto a Liv Kristine y Kari Rueslatten), en solitario, a dúo con Danny Cavanagh (la mente maestra de Anathema)… Cada una de sus paradas en suelo nacional ha dejado una huella indeleble cuando se trata de compartir y disfrutar la aventura emprendida por Anneke a través de mares desconocidos cual navegante, pero que al recalar en algún puerto podemos comprobar que, pese al riesgo, hemos descubierto un rincón fascinante para las mentes ávidas de nuevas sensaciones, donde la luz envuelve lo que, en un principio, nos parecía oscuro a los sentidos humanos.

Lo mencionado anteriormente se puede aplicar de manera similar respecto a The Gentle Storm, proyecto formado en conjunto con un referente absoluto del Progresivo europeo, el también holandés Arjen Anthony Lucassen (el padre de aquella criatura conceptual llamada Ayreon y otros proyectos como Star One y Stream Of Passion), quien no solo ejerció como compositor y encargado de los arreglos musicales, sino también como productor, gran responsable del sonido que podemos apreciar en “The Diary” (editado el año pasado), trabajo que la agrupación vino a mostrar en su integridad la noche del sábado 9 de abril en un Teatro Cariola repleto de entusiastas fans de todas las edades (se pudo apreciar, entre el público, poleras de Pink Floyd, Opeth, Épica, The Gathering, etc.). Y si bien el evento anunciaba a The Gentle Storm como número estelar, imposible pasar por alto un cartel que incluyó invitados de lujo, tanto a nivel internacional como local. Perfecto para lo que sería un show de clase mundial, aunque manteniendo siempre la cercanía con la fiel fanaticada.


A las 19:30 en punto (puntualidad precisa, tal como se anunció unos días antes), sale al escenario Crisálida, agrupación nacional que, durante los últimos años, ha sabido consolidar su propia identidad mediante trabajos como el reciente “Terra Ancestral” (2015), mediante una fórmula que combina profesionalismo y técnica (siempre al servicio de las composiciones y la música) con una puesta en escena de primer nivel, gran parte de aquello mérito de Cinthia Santibañez, cuya interpretación y desplante cautivan de inmediato a un público que, pese a lo escaso en un comienzo, no tarda en caer rendido. Cortes como ‘Cabo de Hornos’, el single ‘Morir Aquí’, ‘Araucana’ y la densidad progresiva y envolvente de ‘Viento del Sur’ conformaron un set breve en duración, pero lo suficiente como para hacer valer el nombre de una agrupación que ha sabido exponer nuestras raíces hacia otras latitudes, traspasando fronteras tanto territoriales como culturales. Un set impecable que, pese a algunos problemas de sonido (la voz de Cinthia se vio, a ratos, perjudicada al comienzo del show), dio cuenta del presente fructífero del que disfruta una agrupación local cuyo sitial de honor ya está asegurado como referente de renovación, discurso y actitud.

La puntualidad en los tiempos sería una constante, pues lo anunciado se cumplía a cabalidad: a las 20:30, sin necesidad de ninguna entrada parafernálica, aparece sobre el escenario Kari Rueslatten, en medio de una encendida ovación por arte del millar de fans que, a esas horas, ra colmaban el recinto ubicado en calle San Diego. Y junto a Kari, aparece su acompañante en la guitarra, el productor Jostein Ansnes, fundamental en la envolvente y emotiva propuesta sonora presente en “To The North”, trabajo en estudio que la cantante nórdica está promocionando durante estos días. A pesar de lo breve del set (45’ aproximadamente), desde el comienzo con ‘Battle Forevermore’ pudimos apreciar las dotes vocales de Kari, quien, a pesar de su timidez característica, tiene el don de conmover hasta al más duro mediante un desempeño vocal que roza lo angelical. Un gran momento a destacar fue la interpretación de ‘Why So Lonely’, original del álbum “Tears Laid In Earth” de los noruegos The 3rd and the Mortal, en cuyas filas la cantante nacida en Trondheim estuvo hasta mediados de los ’90 para dedicarse a su carrera en solitario. Repasando parte de lo que fueron sus raíces, queda claro que la fórmula ‘Menos es Más’ se vuelve certera, sobretodo si se trata de una propuesta en la que importa más la música que todo lo demás. Una tras otra se dejaron caer auténticas pinceladas de luz como ‘Paint the Rainbow Grey’, ‘Other People’s Stories’ y ‘Wintersong’, señales evidentes de la belleza existente en la tristeza. Y si hablamos de momentos emotivos hasta las lágrimas, basta escuchar a ojos cerrados la interpretación ‘a capella’ de ‘Nordnatt’ para darnos cuenta de cuán humanos somos ante lo que puede hacer una voz que proporciona luz y paz incluso al alma más atormentada y fría. Para el final, la celeridad e intensidad de ‘To The North’, con Jostein Ansnes dando cátedra de cómo es posible generar arreglos simples y generar atmósferas al mismo tiempo con ´solamente’ seis cuerdas. En apariencia, puede que 45’ no fuera el tiempo suficiente para apreciar su obra de manera más extensa, pero mientras cerramos los ojos, todo se detuvo hasta encontrarnos con nosotros mismos en un rincón donde, hasta anoche, la luz parecía no entrar. Donde hubo oscuridad, esa luz proyectada por la dulce voz de Kari Rueslatten le dio otro sentido a la melancolía con la que temíamos convivir. Sublime es poco calificativo cuando un ángel, a través de su voz, pule una sonrisa en la piedra más dura.


A eso de las 21:50, apenas se apagan las luces, junto con los primeros acordes de ‘Endless Sea’, aparece sobre el escenario The Gentle Storm, con Anneke Van Giersbergen al frente (el teatro se vino debajo de inmediato), acompañada por los guitarristas Ferry Duijsens (Agua de Annique) y Ruud Jolie (Within Temptation), el bajista Johan van Stratum (Stream Of Passion) y el baterista Ed Warby (Gorefest, Ayreon). Un combo de categoría mundial, al que se le suma la cantante mexicana Marcela Bovio, voz y figura en Stream Of Passion, y participante en Ayreon y tantos otros proyectos en conjunto con el renombrado Arjen Anthony Lucassen. Casi nada.


Desde el inicio, The Gentle Storm deja clara las intenciones de una agrupación en la que, si bien Anneke asume el rol protagónico sin necesidad de complicarse, presenta una propuesta musical musculosa en cuanto a sonido y, al mismo tiempo, dirigida hacia nuestros sentidos, lo que permite apreciar las texturas sonoras de una propuesta en la que la experimentación con sonidos más pesados sería la constante durante las próximas dos horas. Y eso es lo que queda demostrado con firmeza a través del single ‘Heart Of Amsterdam’, cuyo efecto en vivo transforma al público en un mar de gente que no cesa de moverse durante la travesía en medio de esta tormenta gentil (nunca el nombre de una banda fue tan apropiado para esta sensación sobre el escenario). Y si hablamos de travesías, nada mejor que continuar con la majestuosidad luminosa de ‘Brightest Lights’ y el dramatismo explosivo de ‘The Storm’, con la cantante originaria de Sint-Michielsgestel moviéndose y bailando con una sonrisa que nos invita a la aventura, el rumbo hacia lo desconocido sin importar los obstáculos que aparezcan en medio del viaje. Por cierto, a estas alturas el papel de Marcela Bovio va mucho más allá de ser la voz de apoyo, lo que se hará sentir más adelante en un momento para el recuerdo.

Si bien el set consistía, básicamente, en la totalidad del material correspondiente al álbum “The Diary”, los seguidores de Anneke pudieron deleitarse con un set hecho exclusivamente para los fans de toda la vida, para quienes la siguen desde los inicios junto a The Gathering, la legendaria agrupación que la lanzo a una fama que ha sabido aprovechar de buena manera hasta hoy. Los primeros acordes de la floydiana ‘Eléanor’ borran todo tipo de dudas respecto a lo que se vendría más adelante. ‘New Horizons’ continúa la ‘lectura’ de “The Diary” y el público, luego de una primera parte compuesta por seis cortes, ya está rendido. Imposible no permanecer cautivo ante el carisma y el talento personificados, sin necesidad de divismo ni parafernalia. Anneke lo disfruta y nosotros también. Ella ‘juega’ con el público y el público acepta encantado.


Luego de la descarga inicial, llega el momento emotivo del show, con Anneke en el escenario, ‘apenas’ acompañada con su guitarra acústica. Y ya que mencionábamos de manera sutil la influencia de Pink Floyd en su música (o, mejor dicho, en su arte), ella lo corrobora de manera dulce y sencilla a través de una emotiva y dulce versión de la clásica balada ‘Wish You Were Here’. Momento en que fue imposible, para muchos, contener las lágrimas ante una interpretación que, pese a la dulzura, te cruje los huesos. Sensación similar se pudo percibir en ‘Saturnine’ (Anneke nunca dejará de lado sus inicios, ténganlo por seguro’) y ‘Valley of the Queens’, ésta última un corte extraído del notable “Into The Electric Castle” de Ayreon. Un momento para enmarcar en la memoria, el dúo conformado por Anneke y Marcela Bovio (inolvidable la postal de los fans coreando y gritando su nombre, incluso obviando, por un instante, la presencia de la holandesa) despachándose una interpretación en la que ambas voces se fusionaron en una sola energía luminosa. Por lejos, el punto alto de un show en el que contener la emoción hubiera sido un grave pecado.

De la sutileza acústica, volvemos a repasar “The Diary”, a través de ‘Cape Of Storms’ (La sociedad rítmica Van Stratum-Warby haciendo sentir todo su peso como una tormenta implacable) y ‘The Greatest Love’, un corte que reafirma la propuesta sonora y sensorial de The Gentle Storm en vivo. Gran merito del sonido, por supuesto, a la dupla conformada por Ferry Duijsens y Ruud Jolie, quienes cumplen su papel de manera magistral cuando se trata de generar las texturas sonoras necesarias para el desempeño vocal y visual de una Anneke que, reitero, deja claro que sobre el escenario lo pasa bien y nos lo hace saber mediante una puesta en escena en que el baile y el ‘headbanging’ no tienen por qué ser excluyentes el uno del otro cuando se trata de cautivar al público y romper con toda formalidad existente.


Además del material de ‘The Diary’ y los guiños a su pasado en The Gathering, no podía faltar una favorita de los fans de Agua de Annique como lo es ‘Witness’ (original del álbum “Pure Air”), cuyo groove vertiginoso hace saltar a los fans, muchos de ellos con el puño en alto.  Llega a ser sobrecogedora la interpretación de Anneke, cuya sola presencia y mirada parece bastar para mantener al público en trance mediante una dosis necesaria de espontaneidad y sutileza. Y a continuación, el himno por excelencia de The Gathering, la potente y colosal “Strange Machines”, con el teatro repleto sacudiéndose cual alfombra en un solo movimiento. No es para menos cuando cuentas con los músicos indicados para interpretar un clásico y generar una atmósfera similar al original. A estas alturas el bajista Johan Van Stratum no ha parado de moverse como una tromba durante más de 1 hora. Un ejemplo evidente de la interacción entre los músicos, ellos lo disfrutan y eso se agradece de corazón. Para cerrar el set regular, una versión pletórica de ‘Isis and Osiris’ (cuántos fans de Ayreon habrán asistido como testigos de tamaña muestra de clase?), con la banda luciendo una versatilidad que traspasa todos los límites conocidos.


Luego de terminar el set regular, Anneke anuncia dos canciones más para cerrar el show, primero una magistral versión de ‘Fallout’ (original de un tipo que responde al nombre de Devin Townsend), con el acelerador hasta el fondo y una interpretación por parte de la dupla Van Giersbergen-Bovia generando un poder comparable a la del sol. Y el remate llega con toda la emoción a flor de piel de la mano de ‘Shores Of India’, cierre perfecto para una presentación de lujo. Final pletórico para una jornada en la que las emociones humanas no pudieron ser contenidas. Por más de 4 horas, el cielo pareció abrirse para regalarnos esperanza, luz en donde parecía reinar la oscuridad. Cuando se lograr traspasar todo tipo de barreras, los milagros se hacen realidad. Anneke Van Giersbergen y sus cómplices lo saben de sobra. Puede que, en términos formales, The Gentle Storm signifique la consolidación de la cantante holandesa al frente de sus propios proyectos, incluso sin necesidad de recurrir al pasado, pero cuando la voz de los ángeles posee la virtud de rozar el corazón con la suavidad de la punta de un dedo, hasta en la más feroz de las tormentas el barco se arriesga con gusto a emprender rumbo hacia lo desconocido. Si el Paraíso Terrenal fuera descubierto, el nombre de su descubridora tendrá asegurado su sitio de honor en la Historia de la humanidad. Anneke, el alma te lo agradece!


Escrito por: Claudio Miranda
Fotos por: Diego Pino



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1 Comentarios

  1. Tremendo review :) cuando lo leia fue como que si hubiera estado aun en el concierto:) , saludos

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