Es difícil mantener la objetividad cuando uno se refiere a
Kiss. Desde aquellos maquillajes que los hace parte de la cultura popular de
los últimos 40 años hasta la pirotecnia sin igual en cada show. Y en el caso de
sus integrantes, más allá de las preferencias personales, no conozco niño
alguno (entre los que me incluyo) que no se haya dejado intimidar por aquel
demonio que cada noche vomitaba sangre, lucía la lengua con mirada siniestra y
escupía fuego entre medio de toda aquella parafernalia de luces, fuegos
artificiales y Rock n Roll. Detrás de aquel maquillaje y artefactos similares
se escondía (hasta 1983) el rostro de un sujeto cuya habilidad en el bajo era
limitada y no era precisamente un modelo de "belleza", pero cuya
personalidad conquistaría tanto a las chicas como llamaría la atención de los
medios.
Sin embargo, todo
aquel éxito le valió (hasta hoy) ganarse una legión de detractores que lo veían
como un oportunista sin escrúpulos, así como el hecho de que se jactara
públicamente de su éxito arrollador con las féminas. Aquel oportunismo que hizo
de Kiss en una marca de preservativos, comida rápida y ataúdes, algo aberrante
para quienes veían cómo el Rock n Roll generaba recursos más allá de la música
y los conciertos. Gene Simmons, era estrella de Rock, actor y, además,
empresario. Y uno, por cierto, bastante exitoso.

Como dije al
principio, es difícil hablar de Kiss y aquello relacionado desde lo
estrictamente musical, pero, más allá de toda esa parafernalia, debemos (por
nombrar sólo unos pocos entre todo el catálogo kissero) aquellos himnos interpretados
por Simmons como ´Nothing To Lose' (oda al sexo anal, pura poesía), la stoniana
'Deuce', el emblemático 'Rock n Roll All Nite' y aquella monstruosa pieza
llamada 'God Of Thunder', en la que Simmons, como cantante se hace sentir como
una gran bestia omnipotente que no deja nada a su paso. Otra interpretación
magistral es la que se despacha en 'I Love It Loud', con un videoclip (el
último con maquillaje y Ace Frehley en
las 6 cuerdas hasta la reunión a mediados de los '90) en el que luce su icónico
bajo en forma de hacha. Mención aparte para la autorreferente 'Calling Dr
Love', con una interpretación y letras que retratan el descaro de un tipo que
no tiene nada que ocultar. Para la anécdota, su debut solista en 1978, con una
propuesta desconcertante: el Demonio, en solitario, sonando como Elton John,
pero sin mucho entusiasmo entre los fans más rockeros del cuarteto neoyorkino.
Podríamos dedicarle
decenas de párrafos a todo aquello relacionado con la figura de Gene Simmons,
por motivos ya expuestos y más. No me referiré a su famoso reality, porque,
simplemente, no lo he visto ni me interesan esos shows televisivos que exponen
la vida privada de los famosos. Se le ama o se le odia por igual, pero pocos
tipos la supieron hacer como el controvertido bajista y vocalista. El niño que
venía escapando de la pobreza de su tierra natal, llegó a EE.UU. en busca de
oportunidades, por supuesto bien aprovechadas y se volvería músico. Y aquel
músico de rostro poco agraciado con mirada demoníaca, sobre el escenario se
volvió un Dios del Trueno, a quien sus devotos fans, cada noche, le piden lo
mejor...y lo tienen.
Escrito por: Claudio Miranda
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