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#DeCulto: "Human: la muerte se expande hasta el infinito"


  Para los fans más puristas, hay un antes y después en el catálogo de Death y el género al cual se le ligó en una década de trayectoria. Hasta 1990, sorprendía y marcaba tendencia dentro del naciente Death Metal mediante una tripleta de discos que combinaban técnica, crudeza y conceptos que, progresivamente, conformaban un sello único respecto a sus compañeros de generación. "Scream Bloody Gore" (1987)"Leprosy" (1988) y "Spiritual Healing" (1990) obtuvieron una recepción positiva entre los seguidores del género, pero la mente de Chuck Schuldiner concebía la apertura de un vórtice hacia otro universo sin renegar en absoluto de su esencia arraigada en los sonidos extremos.

El Death Metal, como tal, se manifestaba a fines de los '80 como la evolución del consagrado Thrash Metal y marcaba la pauta a seguir durante la década siguiente. Por entonces, Morbid Angel, Deicide, Obituary, Autopsy, Cannibal Corpse y Brutal Truth, remecen el panorama como exponentes de un estilo que no transaba en absoluto la firma de su brutalidad. Para Chuck Schuldiner, tras el éxito obtenido con las tres placas anteriores, Death debía marcar la diferencia y dar el paso hacia lo desconocido, donde pocos se atrevieron. En 1991, Morbid Angel se alzaba como la banda más icónica del género con "Blessed Are The Sick" y el concepto 'gore' de Cannibal Corpse se volvió derechamente censurable a partir del definitivo "Butchered At Birth". Ambas agrupaciones se despachaban trabajos que eran la tónica a seguir en el panorama death-metalero de los albores de los '90, complementado por el apabullante debut de Suffocation con el imprescindible "Effigy Of The Forgotten", un referente para todo amante del Death Metal Técnico.

   Con la oleada Death Metal levantándose como revolución de la misma forma que lo hizo el Thrash en los '80, "Human" surgió como algo más que un refresco. Tal como Led Zeppelin con su cuarto trabajo (1971), Death daba el paso hacia adelante en todo sentido. Partiendo por la portada a cargo de René Milville, un retrato macabro de la anatomía humana que resume el concepto a tomar durante la década del '90, mucho más introspectivo y filosófico respecto a la crítica social presente en "Spiritual Healing" o el horror abominable del primigenio "Scream Bloody Gore". Desconcertante trabajo visual respecto a los diseños de Ed Repka (legendario ilustrador americano, reconocido también por sus colaboraciones con Megadeth, Nuclear Assault, Toxic Holocaust y una extensa lista) en los discos anteriores, pero exponiendo una integridad artística a prueba de cualquier aditivo externo.




  Editado bajo el prestigioso sello Relativity, "Human" fue el producto de una mente inquieta que se negó desde el comienzo a encasillarse en un género específico. No vamos a descubrir, a estas alturas, la personalidad de Chuck Schuldiner, pero no sería exagerado afirmar que la evolución de su "criatura" obedecía totalmente a la orientación artística con que el nacido en Florida buceaba a través de las profundidades submarinas de la música. Al mismo tiempo, las temáticas 'gore' y los tópicos anticristianos no tardaron en volverse un cliché recurrente hasta hoy, por lo que el cuarto LP de Death marcó diferencias casi abismales, tanto a nivel de letras como en lo que respecta a la música.

  La influencia de los suizos de Coroner y los californianos de Sadus salió a relucir como nunca en la música. En el caso de los segundos, la amistad entablada con Chuck surtió el efecto esperado: el eximio bajista Steve Di Giorgio figuraría como flamante contratación, repitiéndose el plato en el siguiente "Individual Thought Patterns" (1993). Completando el grupo, el guitarrista Paul Masvidal y el baterista Sean Reinert -ambos, posteriormente, unieron fuerzas en ese supercombo de Metal Técnico llamado Cynic- fueron vitales en el ensamblaje con que Death comenzaba un nuevo ciclo, esta vez superando toda barrera existente en lo que respecta a creatividad y técnica al servicio de la música. 




  Desde el ataque baterístico de Sean Reinert al comienzo de "Flattening Of Emotions", queda de manifiesto el enfoque progresivo con que "Human" marca el camino a tomar durante toda la década. Las composiciones adquieren una complejidad a la altura de las letras escritas por un inquieto Chuck Schuldiner, cuya evolución como músico y compositor resulta escalofriante para sus contemporáneos. No es para menos ante tamaño nivel desplegado en el estudio, con la dupla Masvidal-Schuldiner fortaleciendo su sonido y expandiéndolo más allá de cualquier etiqueta, mientras Steve Di Giorgio ejecuta su tarea en las bajas frecuencias de manera similar con su bajo sin trastes, aportando con una sonoridad 100% orgánica y derivada del Jazz-Fusión. En tanto, del mencionado Reinert se puede decir mucho y poco a la vez cuando su labor como baterista resume el propósito de hacer y deshacer a gusto sin perder un ápice de coherencia y fuerza en el groove.

   Si "Flattening Of Emotions" nos mostraba de golpe una cara renovada, el veneno de "Suicide Machine" nos convence definitivamente sobre la dirección elegida por Death/Chuck. Y lo hace con la clase propia de quienes conciben su arte en base a la necesidad personal por sobre cualquier interés ajeno. Por supuesto, la fuerza devastadora del Death Metal que sería su firma hasta el final, está presente de una u otra forma, disipando toda duda respecto a la honestidad de la música. Por ende, lo que en otros casos pudo ser un riesgo letal, "Human" lo presenta como una elección acertada entre la zona de confort y la exploración de recovecos ignotos para el Metal Extremo de la época. Por supuesto, y tal como lo denota el título del álbum, la humanidad como condición es descrita desde un punto de vista filosófico y realista, dando lugar a la reflexión y el despertar de nuestros sentidos.



  "Together As One" y "Secret Face", pese a las diferencias aparentes, congenian con naturalidad en torno a la orientación progresiva con que Death amplía la gama de tonalidades sin decaer la coherencia por nada del mundo. Gran mérito por parte del afamado productor Scott Burns, responsable de pulir el sonido cristalino con que la placa en su totalidad adquiere la multi-dimensionalidad insinuada en los trabajos anteriores pero que a partir de "Human" se erige como el distintivo de la que para muchos sería su era más exitosa. Y si hablamos del éxito obtenido con la publicación del disco, el single "Lack Of Comprehension" fue un puntal de vital importancia al momento de presentar y resumir de de manera certera el cambio del sonido primitivo de los inicios a uno más sofisticado y complejo pero sin transar sus principios por nada del mundo.

  La dupleta de "See Through Dreams" y la instrumental "Cosmic Sea" debe ser, por lejos, el fiel reflejo de la evolución anhelada -y lograda, sin discusión que valga- por Chuck Schuldiner, despejando toda duda respecto a su visión del arte y el compromiso con el Metal a la vez. Mientras la primera se manifiesta como una 'breve' cita a la brutalidad de los inicios, la transición hacia el siguiente track nos transporta hacia el rincón más lejano del espacio exterior. Tal como indica su nombre, "Cosmic Sea" nos mantiene inmersos en el firmamento del cosmos, a través del cual navegamos en busca de lo desconocido e impulsados por la aventura. 

  Musicalmente, tanto la generación de atmósferas como el sobresaliente despliegue técnico de Steve Di Giorgio resaltan como señales de innovación y transgresión llevados hacia donde pocos se atreven a poner un pie. Caos en su estado natural, psicodelia y Metal unidos por un mismo lazo, que todo fluya y siga su cauce, aquí y en cualquier rincón del espacio sideral. Culminando la travesía, "Vacant Planets" se presenta con una estela similar al track anterior, pero con la ferocidad intratable del Death Metal fortificando los terrenos conquistados, manteniéndolos tan inexpugnables como dinámicos en cada ataque.

 Vértigo, innovación, pensamiento crítico, introspección, cambio, observación, categoría, espiritualidad. Todo aquello  resume "Human", un trabajo cuyos 33' de duración se hacen cortos para quienes quedamos ávidos de semejante despliegue creativo y técnico. Por ende, los siguientes "Individual Thought Patterns" (1993), "Symbolic" (1995) y "The Sound Of Perseverance" (1998), dentro de lo asombrosos y fundamentales que terminaron siendo para el desarrollo del Metal en los '90, marcaron una época en que las etiquetas daban lo mismo cuando la integridad artística era lo importante. Al menos así lo veía Chuck Schuldiner hasta su lamentable partida a los 34 años, ocurrida el 13 diciembre de 2001.

   Con siete trabajos en estudio, hay para todos los gustos. Para quien escribe esta nota, "Symbolic" está en la cima, aunque "Spiritual Healing" e "Individual..." le pisan los talones en el ranking personal. De todas formas, una cosa es segura: todos los caminos nos conducen a "Human", ya que no solo fue indicativo de (r)evolución, sino también marcó la puerta de entrada a un público que, hasta entonces, se mantenía ajeno al Metal Extremo como tal. Un éxito masivo combinado con un sentido del arte impune a todo aquello que no responda al deseo de sus creadores, a la vez que marcó el rumbo a seguir para una generación de músicos y fans que vieron en Death una forma de hacer y ver las cosas. No cabe duda de que solo la muerte es real, y en todas sus dimensiones.




Escrito por: Claudio Miranda

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