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#LiveReview: Lanzamiento de "Testigos de la Perdición" de Quimera

  
La recta final del año ha sido fructífera para una serie de bandas nacionales que se encuentran estrenando sus más recientes producciones. Y en el caso de Quimera, los adelantos publicados de su recién salido del horno "Testigos de la Perdición" son prueba contundente de cómo la escena local se renueva contra viento y marea. Porque, apelando a la sinceridad, y si bien la asistencia no fue la esperada a pesar de la difusión del evento a través de todas las redes sociales existentes, al menos quienes estuvimos presentes anoche en el tradicional Bar Óxido fuimos testigos de un lanzamiento que incluyó más de una sorpresa sobre el escenario.


  La jornada partiría con los veteranos de Atomic Genocide, una agrupación que, durante más de dos décadas en la carretera, ha experimentado en carne propia lo que es mantenerse constante a pesar de las dificultades y los años. Con un set compuesto por 'Águila de la Soberbia', 'Libro de los Muertos', 'Más allá de la oscuridad' y el himno 'Por el Metal', el quinteto originario de Copiapó sacó a relucir sus mejores armas, comandados por el cantante Marcelo Orellana, cuyo desempeño en la voz resulta tan soberbio y efectivo como los riffs asesinos generados por la dupla Fernando Tello/Eduardo Cuadra. Heavy-Speed Metal letal como el veneno de una serpiente, complementado por el tremendo virtuosismo de sus músicos, en especial el bajista Alejandro Naranjo, cuya presencia en el sonido de la banda resulta decisivo.


     Poco después llegaría el turno de los anfitriones de la fiesta. El inicio explosivo con 'Farsa' marca el estreno en sociedad de "Testigos de la Perdición", segunda placa en estudio de los nacionales Quimera y sucesora del debut de 2013 "Caos". El cuarteto comandado por su cantante y guitarrista Francisco Pardo no se guardó nada. Todo lo contrario: formados en 2008, la experiencia la actitud y la experticia técnica de sus componentes se hicieron sentir de manera notable, dejando en claro que están para cosas grandes, como pudimos apreciar en las soberbias 'Contra el Mandato' (primer adelanto del nuevo álbum) y 'Educados en Odio'. Por supuesto, las sorpresas no se hicieron esperar, primero con la participación especial del ex bajista -y amigo de la banda- Camilo Liebsch.
, interpretando una magistral versión de 'Ira Latina'. Poco después llegaría el turno del cantante de Grotesk, Fernando Naranjo, para interpretar en conjunto 'Santiago Nuclear', quizás el corte definitivo de Quimera hasta la fecha. La personalidad de Francisco Pardo como frontman, músico e ideólogo y la presencia de Robinson Toledo en el bajo -ingresó a la banda el año pasado- congenian de manera certera con la labor fundamental de Alan Vasquez (batería) y Demian Sanchez (guitarra) en el sonido crudo pero cada vez más pulido de Quimera. El final con 'Planeta Fúnebre' grafica la motivación que posee el cuarteto por mantenerse fiel a sus principios y apuntando siempre hacia arriba al mismo tiempo. Esplendoroso futuro se le viene a Quimera mientras sus componentes contemplan la perdición en la que toda una sociedad se ve y se siente atrapada por toda la eternidad.


   Finalmente, Grotesk se encargaría de cerrar la velada gracias a su propuesta altamente influenciada por el Death Metal de corte técnico al estilo de luminarias como The Faceless y Obscura. Con Fernando Naranjo (guitarra y voz) al frente, el cuarteto brindó una cátedra de Death Metal Técnico de primera calidad a través de cortes como 'Ttrys'. 'Singularidad', `Alpha Draconian', 'Insomnia' y 'Bien de Consumo', todos claros ejemplos de una propuesta artística y sonora que rompe todos los moldes existentes en el género al proyectar un universo multi-cósmico, pero siempre manteniendo esa crudeza que les ha valido un nombre en la escena local. Quizás el único elemento desconcertante es el hecho de que la banda encargada de cerrar no fuera precisamente el anfitrión, lo cual dará para pensar a futuro. Aun así, y a pesar también de la baja asistencia, una cosa es segura: el sentido de denuncia que posee el Thrash Metal se mantiene intransable, incluso ante lo que supuestamente dictan las tendencias de la industria. La noche santiaguina, por un par de horas, se convirtió en un lugar fúnebre, donde toda esperanza parece nula ante la implacable educación del odio. La 'ira latina' suele ser un monstruo grande y que pisa fuerte.


Escrito por: Claudio Miranda
Fotos por: Nicolas Soto  

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