La noche del domingo 14 de agosto en la Sala Master de la Universidad de Chile no solo será recordada como la jornada de presentación del regreso discográfico de una de las leyendas del Metal nacional surgidas en esos adorados y productivos años '90. Marcó también el estreno en sociedad de una agrupación liderada por una vieja gloria que, más allá de su papel fundamental en el nacimiento de la escena Thrash en nuestro país a fines de los '80, apuesta por renovarse pero siempre manteniendo en alto la bandera que no para de flamear desde hace casi 3 décadas. En ambos casos se dio el momento para reunir a parte de una generación que fue tanto partícipe como testigo de un movimiento que fue más allá de la música y que tardaría unos cuantos años en contar con el apoyo de los medios locales especializados de manera profesional.
A eso de las 20 horas, con un recinto repleto, por primera vez se subía al escenario Cabrío, el supercombo liderado por nuestro querido y eterno Andrés Marchant (Necrosis, Kingdom Of Hate). Y el concepto 'supercombo' no es gratuito si nos encontramos con otros nombres de la talla de Rod Leiva (Infecto Paranoia, Sikario, UDK) en batería, Alberto Arenas (Sikario) y Julio Constanzo (ex Infecto Paranoia) en guitarras y Mauricio Peña (Kingdom OF Hate, Pentagram) en el bajo. Nombres que, por cierto, se hacen sentir con razón apenas retumban los primeros acordes de 'Blackcrowned', el corte elegido para dar inicio a la velada.
Es probable que la propuesta de Cabrío, por razones obvias, se asimile un poco a lo hecho por agrupaciones como los mismos Necrosis y Massacre, pero de inmediato la identidad de la banda sale a relucir en pasajes como 'Man Made God', con Andrés Marchant luciendo una máscara de 'macho cabrío' cual ritual pagano, dejando en claro que el Metal, en ésta y todas las latitudes, es una actitud donde el espectáculo juega un rol fundamental. Por cierto, como todo espectáculo musical de gran bagaje, el mérito corre también por parte de los músicos adecuados para hacer real las odas a lo oculto, en especial la excelente dupla de guitarras conformada por Alberto Arenas y Julio Constanzo. Otro de los cortes presentes, y con el que cerró la presentación, fue 'Seeds of Deception', el single con el que Cabrío se dio a conocer hace unos meses ,mostrando todas sus credenciales: riffs afilados como un corvo, solos chorreando sangre y una base rítmica aplastante y letal. Todo aquello complementado por la voz de Andrés Marchant, la cual, pese al paso de los años, reafirma de manera concreta el hambre de Metal y sangre latente. Debut ganador de una super-banda en la que la experiencia permite mirar hacia adelante sin necesidad de mirar al pasado.
Poco después, ya pasadas las 21 horas, la intro correspondiente a la banda sonora de 'Clockwork Orange' se encargaba de anunciar lo que sería la presentación de "Dense & Thick", el regreso discográfico de Saken luego de casi dos décadas, del cual destacaría 'White Hell (Our Blood II)' como apertura. Tras cartón, le seguiría 'F**k & Roll (Love Song)', también perteneciente al álbum que motivó el regreso a la División de Honor del Metal nacional. Tal como en una reunión de amigos, el histórico frontman Carlos Quezada no se complica en absoluto en dirigirse al público de manera cordial con un humor sutil y una sencillez que de pronto queda de lado gracias a una interpretación y puesta en escena excelentes, en base a pura espontaneidad, actitud real. En las seis cuerdas, Álvaro Font no deja ningún rastro de fisuras y su rol como gran responsable del 'sonido Saken' queda demostrado con autoridad, incluso sin necesidad de 'despeinarse'. Sobrio a nivel escénico pero con una calidad técnica y creativa en la guitarra que no da a lugar para ninguna clase de cuestionamiento.
Por supuesto, como corresponde en todo lanzamiento oficial, "Dense & Thick" fue interpretado de manera íntegra. Luego de un repaso inicial al pasado con 'Nasty Gods' (original del tremendo y ya clásico "Hell Within"), llegaría el turno del single 'We Are Here', aquel adelanto publicado en 2014 con el que la banda ahora hace gala de su presente. Como discípulos locales de la escuela fundada por Pantera, Machine Head, Prong y, por qué no, Fear Factory, da gusto sentir la frescura latente de un género en el que convergen tanto la energía destructora del Thrash Metal como también aquellos riffs doomeros que le deben su existencia a Black Sabbath y Paradise Lost. 'MDFK', 'K.O. (Hate Song)', '13 (Man In Black)', 'Ego (Flying High)' y 'XFF (Circle of the Snake)' conforman auténticos puñetazos a la cara, con cada componente de la banda dando lo mejor de sí en favor de la música, aunque dando también espacio para el lucimiento personal, como es el caso del baterista André Bravo. Impresionante el dominio que posee en el manejo del doble pedal, de manera fluida manteniendo y manejando los compases a su antojo con una calidad técnica descomunal. Mención similar para Rodrigo Velasquez, cuyo desempeño en las bajas frecuencias destaca por una solidez que va de la mano con la creatividad, elemento que resalta también en aquella sencilla pero hermosa pieza acústica llamada 'Into The Garden Of My Evil Dreams'. Lo que se llama maestría.
Finalizando la presentación, extraído también del mismo 'Dense & Thick', llegaría 'Dinosaur' (original de los majestuosos y legendarios King Crimson) en una versión 'bacilona', perfecta para el cabeceo. Y para el remate, una versión machacante de la antigua 'Less Than Zero' (el mismo que da inicio al mencionado "Hell Within"), con el cual el cuarteto finaliza su presentación a lo grande, intercalando el presente con algunos pasajes evocando un pasado legendario. Luego de su regreso al circuito nacional hace poco más de 5 años, Saken no solo repasó en su totalidad el material reciente, sino que demostró sobre el escenario que su condición de referente no se dio por casualidad. Esperamos que este lanzamiento traiga consigo un presente fructífero en cuanto a material discográfico en el futuro. Con "Dense & Thick", Saken rompió el largo silencio, esta vez para imponer su sello sin que nada ni nadie pueda impedirlo.
Escrito por: Claudio Miranda
Fotos por: Diego Pino
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